Trazo de tiza

Anoche me dormí leyendo este cómic. Es una de esas joyitas que he rescatado dedicando parte de estas vacaciones de Semana Santa a reorganizar algunas cajas que tenía aparcadas en mi casa, además de a poner al día este blog. Estaba convencida que lo había prestado a álgun amigo de esos que luego tardan en devolverlo, y reencontrarme con él ha sido una grata sorpresa. Es un cómic muy particular al que le tengo especial cariño, porque es necesario leerlo al menos dos veces para comenzar a comprender el sentido completo de lo que está contando. Requiere, además, poner mucha atención al observar el detalle de cada viñeta para captar la historia, y aún así, se pueden descubrir nuevos giros cada vez vuelves sobre él, siempre que se esté dispuesto a exprimirle hasta la última gota.

La impresión que deja la primera vez es la de un relato ciertamente sugerente, aunque no demasiado complicado: Una isla casi desierta que no figura en los mapas de navegación, cuyos dos habitantes (madre e hijo) regentan la única construcción que posee (un lugar que es tienda, posada o lo que haga falta), dos visitantes que llegan por caminos distintos y que a su vez interactúan sumergidos en su propia isla individual, un viejo faro abandonado que no funciona, una remota leyenda, sospechas, supersticiones, y el mar y sus tormentas como elemento envolvente de una historia que, a medida que avanza, se convierte en un puzle en el que no encajan las piezas, en el que no se sabe porqué los pesonajes actúan de modo muchas veces ilógico, todo ello intercaldo de hermosas citas literarias que aparentemente no vienen a cuento.. Así, poco a poco, la atmósfera creada se va alimentando de sus propios elementos hasta tornarse claustrofóbica, y necesitas salir de allí avanzando rápidamente hacia el final del libro para ver qué sucede, sin poder soltarlo.

El primer final que ofrece es magnífico.. Y digo bien «primer final» porque en este punto el autor propone un juego de complicidad al lector, volviendo sobre el relato para ofrecer otra pauta de lectura menos lineal, donde cobran sentido los fragmentos vanales de la primera parada, los pasajes literarios que no sabías muy bien para qué estaban ahí, los detalles dibujados en las viñetas que habían pasado desapercibidos, y que ahora ofrecen una historia bien distinta a la primera, mejor si cabe que esta. La originalidad y el buen saber hacer de Miguelanxo Prado queda patente en este cómic, una obra realmente singular y de gran calidad que no decepciona. Y por si su genialidad no resultara suficiente, las últimas páginas están dedicadas al maestro Hugo Pratt, con una bonita y tierna propuesta para el uso del faro abandonado de la isla…

2 comentarios en “Trazo de tiza

  1. Cambio de favoritos.
    «Trazo de tiza» es un gran cómic, que ya tiene sus años. Llegué a este autor por sus páginas en «El Jueves». Tengo pendiente de ver la película «De profundis».
    Saludos.

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  2. «Trazo de tiza» también es uno de mis comics favoritos, me gusta mucho el estilo de Miguelanxo Prado porque tiene un manejo perfecto de la acuarela y me gusta la manera en la que en la que caricaturiza sus personajes, tristemente miguelanxo prado es mas conocido fuera que dentro de nuestro país, además ha trabajado en muchas disciplinas como la animación en la que fue director artistico de la serie de animación «men in black», bueno «de profundis» me parecio un poco «inanimado» a lo mejor es que no estoy muy acostumbrado.

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