Chaplin: Luces de la Ciudad (City Lights, 1931)

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Si tuviese que elaborar una lista de mis directores de cine preferidos, Charles Chaplin ocuparía, sin duda alguna, un lugar destacado. La genialidad de Chaplin reside, entre otros méritos, en haber sabido crear ese personaje encantador que es Charlot, o el Vagabuno, el mismo en cada película (a excepción de algunas de su cine más tardío como El Gran Dictador), el alma de todas ellas pero que, a la vez, está siempre colocado fuera, como un forastero que deambula en ese mundo hostil que casi siempre representan sus películas. Pero el rasgo que hace fascinante al Vagabundo es su narrativa exclusivamente a base de lenguaje corporal. Al contrario que en otras obras del cine mudo, en las que los personajes parece  que desean hablar (valga Buster Keaton como ejemplo), el Vagabundo de Chaplin es intrínsecamente mudo: él es siempre un marginado, un observador, el solitario, no se le dota de hogar o de amigos, existe inalienable en un plano distinto al resto de personajes y se relaciona con ellos sólo a través de sus actos. Charlot fue creado por y para el mundo silente, tal vez por ello, cuando Chaplin rueda City Lights en 1931, tres años después de la introducción del sonido en el cine,  lo hace con total ausencia de diálogo, como si se tratase de una película muda; incluso en Tiempos Modernos, cinco años más tarde, Charlot continuará en silencio, el lugar en el que alcanza la máxima expresividad. Sus movimientos extraños, su inconfundible caminar oscilante, garbo desequilibrado y enorme cadencia musical no precisa de diálogos que interrumpan el flujo de la acción, porque cada plano habla por sí sólo, claramente, sin necesitar de discurso alguno, construyendo ese lenguaje del Cine, universal, que desconoce los límites nacionales que estaba incorporando, mediante la palabra, el cine sonoro.

Si, además, tuviese que elegir entre todas las películas de Chaplin una sola, probablemente me decantase por Luces de la Ciudad, película que creo contiene casi todo el conjunto de matices que aportó al Cine el genio. En ella podemos encontrar las payasadas, la melancolía, el dramatismo, la parodia de lo cotodiano, la caricatura social, el melodrama, las argucias, la gracia, la fantasía, la ternura y la humanidad

que contagian todas sus películas, la maestría al servicio de los detalles y, por supuesto, ese personaje al que dio vida y que se convirtió en uno de los iconos de la primera mitad del siglo XX. Y también porque en ella coexisten algunas de las más grandes secuencias cómicas de Chaplin; desde la escena inicial en la que se inaugura una estatua y cuando retiran el velo se le ve durmiendo en el regazo de un héroe de piedra grecorromano, o el famoso combate de boxeo en la que hace gala de una ágil coreografía consiguiendo colocar siempre al árbitro entre él y el contrincante, o la escena en la que trata de hacer desistir al millonario en su intento de suicidio y termina casi ahogándose en el mar con la roca colgada de su propio cuello, o la escena en la que se traga el silbato y comienza a perseguirle una jauría de perros, o la secuencia en la que se enfrenta a los ladrones en la casa del millonario, o la del club nocturno en la que defiende a la bailarina del chico con el que estaba bailando, o la escena (mi preferida) en la que llega a casa de la chica ciega para entregarle el dinero del alquiler y de la operación de ojos y, tras besarle la mano, se encoge de hombros, mete la mano en el bolsillo y le da también su último billete… Y la última, uno de los momentos más románticos y emocionantes del cine, cuando la florista le reconoce tocándole sólo las manos, él cabecea, sonríe, ella le acepta y él continua su camino…

En los tiempos actuales, cuando gran parte del cine está al servicio del negocio de unos pocos y la calidad de las películas se mide casi exclusivamente por su recaudación en taquilla, en el que el cine más aceptado es el entendido únicamente como espectáculo de efectos al margen de su calidad narrativa, interpretativa o estética, conviene revisar de vez en cuando alguna de estas cintas que permanecen dormidas, a la espera de enseñarnos qué es el Cine a quienes queremos aprenderlo y que, a pesar del paso del tiempo siguen ahí, sobreviven imborrables con su graciosa perfección y su destreza artística justificando la mayúscula de la palabra Arte. Valga pues la propuesta para iniciar el nuevo año en este blog, que podéis visionar completa en la pestaña on-line. ¡Feliz comienzo!

6 comentarios en “Chaplin: Luces de la Ciudad (City Lights, 1931)

  1. Te confieso que este post lo tenía medio hecho hace tiempo (amenazo: hay más), y decidí ponerlo porque encontré en la red la película completa, cosa que me vino al pelo para la sección On-line. No sé si esto se puede llamar apostar por valores seguros, ni sé si entiendo bien qué quieres decir. En cualquier caso, seguirá habiendo de todo, un poco al margen de la aceptación que pueda tener, como entiendo debe ser…

    Clásico, grande (rotundamente grande) y una obra maestra. Y, por supuesto, vigente. Lo de sentimental, hoy, es lo de menos. Gracias por el aporte de ese gag inicial.

    Feliz comienzo!

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  2. Magnífica entrada de uno de los grandes del cine. Curiosamente mi película preferida no tiene que ver con el entrañable vagabundo, es “Candilejas”, aunque he de reconocer que “Luces de la Ciudad” le sigue muy de cerca.

    Un beso y feliz año!

    P.D: Que bueno poder empezar el año compartiendo impresiones sobre películas que sí he visto jeje 😉

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  3. Excelente entrada, Luces de la ciudad es una de las mayores obras del séptimo arte y Chaplin uno de mis autores favoritos (prácticamente todos sus largos los considero obras maestras).
    Te he descubierto vía El cine…un realidad poética de Ariel Luque. Me ha encantado tu página: no se centra en la novedad de la cartelera y habla de todo tipo de cine -no sólo americano-. Te enlazo.
    Un saludo.

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  4. Vivian, Candilejas es también magnífica, pero ya no es «Charlot». .. Feliz año, mis mejores deseos también para vosotros.

    Castedo, bienvenido y gracias por tu comentario. He estado echando un vistazo a tu blog, por encima, y también te enlazo, me parece muy interesante. En cuanto pueda, te hago una visita más detenida. Saludos!

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