No es objeto de este comentario hablar sobre la trayectoria del cineasta español más reconocido a nivel internacional (86 premios y 52 nominaciones), a pesar de que Los abrazos rotos se preste sobradamente a ello por ser un homenaje al Cine y a su propia primera filmografía; entre otras cosas porque ese análisis requeriría varios capítulos, dada la complejidad (y también variación) tanto narrativa como constructiva con la que aborda cada film el director.
Centrándome en esta, su última película, Almodóvar teje el argumento en dos planos narrativos diferenciados: Uno, el que desarrolla la trama propiamente dicha, construido a modo de thriller, manteniendo la carga dramática de sus últimos trabajos pero con abundantes tintes de film noir; otro, al que relega la comedia, la película en la que trabajan los protagonistas dentro de la película, «Chicas y maletas«, que a la vez es un homenaje a su primer cine (sobre todo a «Mujeres al borde de un ataque de nervios»), y que Almodóvar intercala en la trama principal con una maestría asombrosa, haciéndonos ir constantemente de un género a otro casi sin que nos demos cuenta, en un frondoso juego de planos y formas que recorren desde el cine clásico norteamericano de la década de los 50, hasta el género negro en su estado más puro, con los momentos surrealistas y exageradamente intensos de la comedia propia que ya se puede calificar de made in Almodóvar.
La película, en su conjunto, se presenta al público como si se tratase de un puzle de falsos flashbacks (no son recuerdos del personaje principal, sino un recurso mediante el que cuenta su historia) sobre el que construye una ficción de arquitectura ciertamente compleja. Esa complejidad no reside en el relato perturbador y apasionado propio de la película (que no es sino una declaración a la vez que homenaje al mundo del Cine) sino que son los diversos recursos que utiliza Almodóvar para construir su historia los que otorgan intensidad a la narración. Recursos que, unidos a una excepcional dirección de actores, encuadres magníficos fuera de toda duda y el esfuerzo en el detalle donde nada parece escapar a la mirada de Pedro Almodóvar, los que hacen de este film uno de los mejores que ha dado la carrera del director y con el que no cabe duda de que se trata de un salto importante (que ya se intuía en «La mala educación” o en “Todo sobre mi madre”) en la madurez como cineasta del director.
Y es que el elenco actoral parece dotado de un especial estado de gracia en esta película. Lluis Homar, hombre que proviene del teatro, realiza una sólida interpretación del personaje principal sin ensombrecer al resto de protagonistas. El guionista ciego que narra a su propio hijo el rodaje de «Chicas y maletas», y la apasionante y muy almodovariana historia de amor con Lena (Penélope Cruz), protagonizan uno de los papeles más intensos vistos en la filmografía del director, a la vez que son el centro de escenas auténticamente surrealistas y magistrales, como la de tratar de ver por la mirilla quien hay detrás de la puerta o acariciar una fotografía con sus manos queriendo sentirla sin poder, de hecho, verla con sus ojos.
Penélope Cruz está simplemente maravillosa y se agradece mucho que, sin necesidad recurrir a grito alguno, resuelva su papel con mucha elegancia y de forma creíble tan solo con su trabajo actoral, sin demasiados efectos añadidos. La escena en la que enciende un cigarrillo, creyendo a su marido muerto en la cama por el exceso sexual, además de auténtica representación de femme fatale, es para mí su mejor interpretación en la película.
José Luís Gómez, en un papel que podría resultar en otro film poco agradecido, bajo la dirección de Almodóvar lo borda; un actor también de teatro casi siempre relegado a papeles secundarios, del que se extrae aquí lo mejor. Pero tal vez lo que más me haya sorprendido sea el trabajo de Blanca Portillo, actriz poco reconocida (su físico no la ayuda, seguramente) pero con un talento no demasiado común. Mientras otros, como Alejo Saura, no logran desprenderse de ese halo de serie televisiva, Blanca Portillo resuelve su papel con una naturalidad y profesionalidad realmente inusual; una actriz muy a tener en cuenta, que se ve crecer con cada personaje, injustamente infravalorada en nuestro panorama cinéfilo.
Pero son los actores secundarios los que, además de estar todos ellos muy bien trabajados desde el punto de vista narrativo y de dirección, quienes interpretan algunas de las escenas más brillantes de la película: Lola Dueñas, como lectora de labios, es de las más logradas; Ángela Molina, envejecida y perfectamente caracterizada, está simplemente genial como madre de Pe; o Carmen Machi, exagerada, surrealista, un homenaje delirante a la chica Almodovar; hasta Rubén Ochandino resulta, con su caracterización extraña y retro, del todo imperdible.
Mención aparte merecen muchos de los fotogramas que quedan grabados en la retina, maravillosos encuadres de belleza exagerada que, solo por disfrutarlos, merecen volver a ver la película. Una lágrima cayendo, triste, sobre un tomate. Las manos que palpan una fotografía a plena pantalla. El beso que quedó grabado en la cámara de video, el coche de noche en la carretera rodeado de terreno volcánico y, por supuesto, lo que intuimos y vemos de «Chicas y maletas», una lujuria cómica y estética que sólo Almodóvar podía parir.
Película compleja, que requiere un segundo visionado para el disfrute completo de todos sus detalles, con la que Almodóvar añade un eslabón más a su cadena de genialidades, homenajeando al cine, sacando de los actores lo que pocos logran hacer, de apartado técnico elaborado y cuidado hasta el límite y con una labor interpretativa sobresaliente. Aunque ya se sabe, nadie es profeta en su tierra, pero ahí está Pedro, uno de los escasos directores capaces de crear esas mezclas extrañas de humor, pasión, thriller y drama con grandes dosis de personalidad, afrontando y mostrando con este trabajo la madurez cinéfila de quien se consolida como uno de los mejores directores de nuestro tiempo. Si puedo, me voy el domingo otra vez a verla. Sencillamente estupenda.
Almodóvar es uno de los directores con los que tengo una relación amor/odio. Por lo que comentas, es recomendable que me haga el ánimo de ver esta cinta.
Saludos y felicitaciones por el nuevo diseño de tu blog!!
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Gracias, Fantomas… ya hace tiempo que venía pensando en un cambio en el blog y al fin, echándole algo de tiempo, me hice el ánimo. Respecto a Almodovar hay pocos términos medios: A quien le gusta, la disfruta mucho; a quien no, suele centrarse en el aspecto más exagerado de sus personajes. Al margen de esto, la película tiene una gran belleza estética. Si la ves, me interesaría saber tu opinión…
Saludos 😉
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De Almodóvar no opino (no he podido ir a ver su peli todavía)…
Venía a felicitarte porque el blog ahora es más legible (aunque cogí cariño al azul del fondo del anterior).
Saludos!
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sabía que sale blanca portillo que ya lo hizo genial en volver, y luis homar es un actorazo. lo que no sabía es que está ángela molina, aunque sea un papel pequeño estoy deseando ver lo que hace, con almodovar firmando debe ser una gran reaparición.
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Me gusta tb la nueva imagen de este blog, la vista lo agradecerá a partir de ahora,el contenido como siempre intachable.
Veamos, no soy un incondicional de Pedro Almodóvar pero he sabido reconocer su progresiva madurez como cineasta, siempre defendí «Atame» como el mejor trabajo de su primera etapa y tb reconozco q nunca pensé q una película suya llegara a emocionarme tanto como «Todo sobre mi madre». Nadie puede hacer genialidades continuamente, «Hable con ella» me pareció q tenía toda la inspiración y la magia q le faltaba a «La mala educación». «Volver» volvió a cautivarme, no podía dejar de decir q era un peliculón y ciertamente con «Los abrazos rotos» iba con muchas expectativas pero…. NO, no puedo decir q sea un trabajo digno de Almodóvar, no a estas alturas y su público tb merece mucho más. Las dos historias están muy mal conectadas además de ser muy previsibles, la (supuesta) sorpresa final ya la hemos visto en otras Oscarizadas películas suyas y a pesar de contar con una (oscarizada) actriz brilla con bien poca luz. La historia no conmueva, no apasiona, no convence. Cierto es q Lluis Homar y sobre todo Blanca Portillo son lo mejor del film, pero ¿quien puede defender los personajes y sobre todo las interpretaciones de Tamar Novas y Rubén Ochandiano?. Rubén tiene casi el mérito de cargarse el film por méritos propios. Mala caracterización, fatal interpretación. Angela Molina y el resto del plantel no pueden considerarse mucho más q cameos por lo q sus personajes están desarrollados en su justa medida.
Como ya he dicho alguna vez, la película cuenta con planos preciosos, rodados originalmente pero q no encajan bien, son como las fotos rotas del pasado de Harry Caine que por mucho empeño q se ponga en unirlas no dejarán de parecer un simple mosaico. Está bien respetar los gustos de los demás y está fenomenal tb discrepar. Defendería este film si no viniese firmada por un genio reconocido mundialmente y galardonado con 2 Oscar, pq el guión de «Los abrazos rotos» no es obra de un genio, y en caso de serlo habría q decir q es un genio en horas bajas. Cualquiera tiene un tropiezo, es justo tb reconocerlo.
Siento haberos aburrido.
Una vez más, excelente la actualización de tu blog, Babel.
Un saludo.
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Kasker, gracias por tu opinión y tu aportación, es bueno que hayan puntos de vista diversos. A mí el guión me parece excepcional, y la música (Alberto Iglesias, como no!, no hablé de él… vaya!) como siempre, bestial. ¿No te gustó Ochandino? Yo creo que está genial, no parece él, lo cual (para mí) dice bastante a favor de su papel. Almodovar se sirve a menudo de esos personajes de pandereta, sacristía y charanga que no a todos complace… puede que les moleste, incluso. Pero no son sino una caricatura de lo real, saludos!
Key: Ángela Molina, Chus Lampreave, Rosi de Palma… Están casi todas. Una gozada!
Alberto, saludos y gracias 😉
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Vengo del cine y es lo más friki que visto en años. La pasion a tres ortopédica a más no poder, las chicas y las maletas el mayor ejercicio de onanismo rodado en 16mm. Desenlace de la película: Mateo es tu padre y el tio se queda como si oye llover. Ahí me salí porque no aguanté más. Besssossss!!! (digo, AbraZZZzzzzzzzz…..os)
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Hola Babel, hacía tanto que no pasaba por aquí que ya has cambiado hasta el diseño. Te ha quedado muy bien, como el artículo, que menos para otra gran película de Almodóvar. Pero no comentas la gran interpretación de Kira Miró, jeje. Cuando la vi aparecer en pantalla me asusté bastante, no me había informado en absoluto sobre la peli antes de su visionado y por un momento creí que le había dado uno de los personajes principales. Que mal rato.
La presencia de Ochandino es absolutamente chanante, como su seudónimo, más cómica si cabe en el pasado, con ese look y la cámara siempre encima. Me recordó a «Las aventuras del joven Rappel» de «Muchachada nui» y a «Carretera perdida» de David Lynch, cosas de freak, que le vamos a hacer.
El regusto a film noir está presente desde el principio con esa sugerente voz en off de Lluis Homar que anuncia la nueva personalidad de Mateo, Harry Caine, un nombre de novela pulp a más no poder. Totalmente de acuerdo en la excelente interpretación de Penélope como Femme fatale, hay que resaltar la impresionante carnalidad de la actriz que está más atractiva, si cabe, en cada nueva película.
Saludos!, espero volver pronto por aquí y, quizá, si tengo algo de tiempo, también a mi bitácora.
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Hola, me llamo Unai. Me gustaría hablarte de un proyecto en privado, si es posible. Si quieres, escribe a mi mail, o deja el tuyo aquí.
Un saludo,
Unai.
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Kraven, sí! El aire de Ochandino a personaje Chanante es tal como lo describes, y es genial. Lo de «Carretera Perdida» no lo veo… Respecto a Kika Miró prefiero abstenerme de comentar nada, je!. Gracias por tu visita, espero leerte pronto en tu blog, un saludo!
Charly, pecador, ¿ves como definitivamente no estamos hechos el uno para el otro? ja ja ja…
Unai, bienvenido/a. En cuanto pueda te contesto, saludos!
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Leí tu estupenda entrada hace días pero no tuve ocasión de comentar hasta ahora. Me alegro de que te haya gustado: me ha parecido muy mal el linchamiento que se ha producido de esta película en algunos medios (el ¿crítico? cinematográfico del periódico -no deportivo- de mayor tirada de este «País» pone a caldo sobre todo al personaje y pasa bastante de la película: se puede ser más… en fin, paso).
La trayectoria última (no he visto aún «Los abrazos rotos») de este director es de 10: «Volver» es lo mejor que ha hecho. Y sobrado reconocimiento internacional, algo que este cainita terruño es incapaz de soportar. Me parece que ya estoy viendo el palo que le va a caer en los «Goya» de este año.
Saludos.
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Estupenda crítica, Babel, se lee con gran placer.
Me ha gustado «Los abrazos rotos». Fui sin haber leído ni oído nada sobre ella, y se me pasó el tiempo volando. Me gusta cómo la película va del presente al pasado, la mezcla de géneros, la variedad de personajes, y lo bien que están los actores.
Creo que quedan algunos cabos sueltos que hicieron que al salir del cine me preguntase por qué me gustaba la película si tal o cuál cosa no se había resuelto. La respuesta que me doy es que es cine del bueno en estado puro, del que disfrutas sin más, sin preguntas, porque tienes más que agradecerle que reprocharle.
Saludos
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[…] no 10 pīrāgiem, iesaku skriet skatīties cik ātri vien var. Bildes no šejienes. […]
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Repaso tu crítica después de haber visto la película.
Yo le puse algún pero… pero tu ni uno.
Seguro que también intento verla una segunda vez.
Saludos.
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