Air Doll, de Hirokazu Koreeda

Hirokazu Koreeda es un cineasta al que me gusta seguir la pista porque hasta la fecha -y no he visto toda su filmografía-, ninguna de sus películas me había decepcionado. Por eso, antes de cargar contra su último trabajo, me gustaría destacar especialmente «Nadie sabe«, un drama impresionante cuyos protagonistas son un grupo de niños sobreviviendo en solitario a las condiciones actuales de una ciudad como Tokio, y «Still walking«, mirada extraordinaria al Japón rural heredera del maestro Ozu. Por eso, en cuanto me enteré del estreno de su nueva película, Air Doll, acudí puntual a la cita cinematográfica. El resultado, francamente decepcionante. En la primera media hora de metraje, Koreeda deja aparentemente a un lado el drama humano realista de sus anteriores películas y se adentra esta vez en el terreno de la fantasía. Solo aparentemente porque, aunque está basada en un manga corto de Yoshiie Gouda, a manera de bucle vuelve a tomar el camino de retorno a los temas centrales habituales en su cine, aunque esta vez con menos acierto. El personaje central  es Nazomi, una muñeca hinchable que un día, cual Pinocho, a partir de una gota de agua, cobra vida y decide salir a explorar el mundo fuera del apartamento donde su existencia consiste en ser mero sustituto sexual de lo que su propietario no posee, y lo hace con un sentido casi infantil, como quien tiene que aprender cuanto desconoce de la vida.

A partir de aquí interacciona con diversos personajes que se cruzan en su camino. Personajes que, metafóricamente, están tan vacíos por dentro como ella, quien solo posee en su interior aire y un corazón. La soledad de la vida urbana, la necesidad de amor y reconocimiento, la fugacidad, la deshumanización y las características antropológicas de las personas confinadas a una gran urbe como Tokio vuelven a ser, en definitiva, a pesar de lo fantástico y original del planteamiento inicial, el tema central para Koreeda. Y todo el delirio  de fantasía que promete ese principio se va transformando con el transcurso de los minutos en un recorrido por diferentes tipos individuales de una ciudad actual, más allá de las miserias del propietario cuarentón del artilugio, navegando entre momentos de pretendida intensidad dramática -y sexual- y cierto aire de trascendencia. La muñeca cumple con el papel de mirada triste a esa sociedad, mitad metáfora, mitad simbolismo social.

El asunto encaja dentro de lo que podemos esperar de Koreeda, aún alentando cierto regusto a pesada insistencia dada la trayectoria, pero seguimos aguantando a tenor de una capacidad para la composición de planos extraordinaria que otorga una impronta de particular belleza a todas y cada una de las escenas. Pero pasan los minutos, y si en Still Walking comprendíamos similares contradicciones desde un lenguaje plagado de gestos, actitudes, miradas y silencios cargados de contenido, Air Doll opta por la puntuación directa en lugar de por la sugerencia. Reflexión existencialista y crítica del materialismo imperante en la sociedad nipona moderna un tanto simplona, porque todo resulta demasiado esquemático, además de rozar en numeroso momentos la horterada, tras dos horas de metraje insistiendo en la misma idea, sin duda redundante.

Lo más destacable de la película pasa a ser el excelente trabajo de la coreana Doona Bae, quien sin apenas pestañear dota a cada una de las situaciones de la carga emotiva que exige un papel de estas características. Es sin duda este factor junto a las numerosas localizaciones de algunos de los rincones más hermosos de la ciudad de Tokio lo que sostiene en alguna medida el film,  de  ritmo narrativo espantosamente lento, donde no sucede absolutamente nada más que el paulatino proceso de adaptación del juguete a la basura urbana, entre la que podemos incluir a los individuos que la componen.  Kore-eda comete además el grave error de plegar una trama que no da más allá de un cortometraje a sus caprichos con la cámara. Una trama que para colmo pretende ser simbólica de los rumbos de la sociedad moderna, pero que en demasiadas ocasiones la sorprendemos mostrando casi todo de manera descaradamente obvia, sin encontrar lugar para la sutileza.

Por suerte, la película encuentra su salvavidas en el trabajo interpretativo de la protagonista y en el fotográfico, de indudable calidad plástica, donde Pin Bing Lee tiene bastante que decir. El reparto también sufre bastantes altibajos, porque mientras Doona Bae nos ofrece una interpretación de premio, los secundarios dejan bastante que desear, unos en su faceta puramente interpretativa y otros por lo que respecta al aprovechamiento que el propio director hace de ellos, resultando en muchos casos forzados y hasta artificiales. En resumen: dos horas de metraje que hubiesen encontrado su lugar perfecto, por ejemplo, en un film como Tokyo!, película colectiva en la que distintos directores ofrecen su punto de vista acerca de la sociedad y el individuo moderno en no más de 20 minutos, sin llegar a la pesadez pseudo-humanista cercana al sermón  a la que esta vez nos somete Koreeda con su última propuesta.



13 comentarios en “Air Doll, de Hirokazu Koreeda

  1. Parece que esta no es la mejor película para comenzar a conocer el trabajo de Koreeda, director que en lo personal desconocia. Voy a revisar las dos películas que mencionas al principio del artículo para ver si me animo a ver esta que acabas de reseñar.

    Saludos 😉

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  2. Voy a ir a verla esta tarde. A ver si la semana que viene puedo escribir sobre ella. Así, de entrada, me recuerda una película que me gustó muchísimo: ‘Lars y una chica de verdad’. Si no la has visto, te la recomiendo. Este fin de semana me he decantado por ‘The last station’, recomendada por Marta M.Q., blogger cinéfila. Habla de los últimos días de Tolstói y de su testamento. Lo mejor es el trío de actores protagonistas, dos de ellos nominados a los Oscar, Christopher Plummer y Helen Mirren. El otro es el gran Paul Giamatti, que me encanta. Un beso y hasta pronto.

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  3. No la he visto, bueno de Koreeda sólo conozco Still Walking (en breve tengo previsto dedicarle un post) y me gustó bastante, con su sabor a Ozu como bien dices.
    Saludos!

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  4. Estamos de acuerdo con la película, ya sabes que opino de Kore-eda que está demasiado valorado. V´ssss
    *Aruitemo Aruitemo no consiguió ningún oscar, la has confundido con Okuribito o Departures en inglés que se llevo montón de premios entre ellos ese oscar, es de Yôjiro Takita*

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  5. hola. pues tiene gracia lo que a dado punto dices pq yo precisamente siempre pienso que, no sé si es por esa quietud de los orientales y de su cine, me cuesta distinguir una buena de una mala interpretación, sin duda el personaje es lo que le deja más rienda suelta al actor, ll que le hace brillar… y al ser siempre tan cotidianos y contenidos.. igual es que cuesta más verlo por eso-
    el caso es que el cine oriental en general -y ahí creo que sí se puede globalizar tiene esa tendencia poética, que ni ni siempre aporta a la hª: Kim Ki Duk (que por eso encanta o repele), incluso Kitano, que me encanta, tmb hace uso y casi exceso de ello…
    no sé si tendrá que ver pero me ha venido a la cabeza esa peli tan buena de Buñuel de la muñeca.
    chao
    besos

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  6. Fantomas, en mi opinión la mejor que he visto de él es «Nadie sabe». El tempo es lento.

    Jordi, pues a punto estuve de entrar a «La última estación» y al final nos decidimos por esta. Probablemente nos equivocamos, a juzgar por lo que dices. Lars… no la he visto. Quedo pendiente de leer tu opinión pues, un beso!

    Ethan, «Still walking» me gustó, pero más la anterior. De Ozu tiene bastante, pero le queda camino para llegar a eso.

    Jorge, gracias por el aviso! Vaya metedura de pata, ya está quitada la coletilla.

    Lapor, el motivo de resultar una pesadez no es por la tendencia poética o la lentitud. Ahora que nombras a Kitano, «Dolls» me parece una de sus mejores películas, y está en la línea que comentas. Air Doll es el guión, que con la cuarta parte de tiempo va sobrado y alargarlo más se hace plomizo, además de lanzar mensajes trascendentales de manera constante con una notable falta de sutileza, obvios hasta para el espectador más obtuso, no tienes más que ver los dos minutos del trailer. Hacia el final dan ganas de saltar de la butaca y quitarle la tirita a ver si se deshincha la jdida muñeca de una puñetera vez! La de Buñuel, supongo te refieres a «Ese oscuro objeto de deseo»… Al comentarlo tú la que me ha venido a mi a la cabeza es la de Belanga «Tamaño natural», la idea se acerca quizas más..

    Saludos a todos y gracias 😉

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  7. Desde luego Kore-Eda es una pieza clave del cine asiático que me maravilló con Still Walking y Nadie sabe, pero que me ha aburrido solemnemente con esta película que no es creíble ni con la que logramos empatizar. Se queda a medio camino entre el drama y la comedia absurda sin saber bien por dónde tirar y sin saber mezclarlos bien para que casen. Formalmente está muy bien, pero nada más. Una pena.
    Un saludo

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  8. Uy, pues la tengo ahí para ver… de hecho le deben quedar como 10 minutos para que baje y la tenía muchas ganas…. me gusta el dire y me gustaba el tema…. pero veo que el entusiasmo en tu caso es limitado….

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  9. Licantropunk, esas dos películas se mueven en terrenos muy distintos, pero ambas me gustaron mucho. Creo que es lo mejor que ha hecho, recomendables ambas.

    Crowley, parece que estamos de acuerdo. A mi también me parece que formalmente alcanza una calidad indudable. Le veo los mismos defectos, un saludo.

    ibán, pues a ver qué te parece. Yo fui al cine con tanto entusiasmo como tu…

    Saludos a todos 😉

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  10. Acabo de verla y, en línias generales, volvemos a coincidir. Para mí el principal problema de la película es su metraje. Con media hora menos mejoraría mucho. No es que sea lenta, para mi gusto, es larga. El papel de Doona Bae es sensacional, pero está más sola que la una. Visualmente, ‘Air doll’ es una preciosidad, con una música sublime y un trasfondo poético típico de este director. Problemas? Que no sabemos porqué la muñeca se transforma automáticamente en mujer ni cuál es el mensaje final que nos quiere dar Koreeda. Como critica a la sociedad actual y a su despersonalización no está mal, pero queda vacía… o demasiado hinchada. Un beso, BABEL. Espero alargarme un poquito más, después de reflexionar esta noche, maána en el blog.

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  11. De acuerdo Babel, no entiendo como a Kore-eda se le ocurrió hacer esta película. A mí me gusta mucho el director, además de las pelis que nombrás y que son excelentes, también son notables After life y Hana. En cuanto a Air doll, toca las mismas temáticas que Kiyoshi Kurosawa en sus pelis, pero el gran Kiyoshi las expone con mayor fuerza y elocuencia.

    En fin, muy muy fallida.
    Un gran abrazo!

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