Lola (Brillante Mendoza, 2009)

En Lola, la última película del filipino Brillante Mendoza, exhibida tímidamente en nuestros cines, no hay ninguna Lola. Porque lola es la palabra que se usa en Filipinas para designar genéricamente a la abuela; no hace referencia, por tanto, a nombre propio de personaje alguno. Me produce mucha curiosidad saber si se tratará de un hiperónimo derivado de la influencia del español en la lengua filipina, si alguna abuela llamada Lola fuese el desencadenante genérico para la designación del familiar femenino que ocupa el lugar de la abuela.

Expuesta mi duda y a falta de confirmar la etimología exacta de la palabra lola en Filipinas, en Lola, la película de Mendoza, hay dos lolas protagonistas. A lola Sepa le han asesinado a su nieto en el puente para robarle el móvil. La anciana, auténtica jefa del matriarcado familiar, debe ocuparse del entierro a pesar del dolor que le produce la violencia del asesinato. También está decidida a que se haga justicia, pero su familia está al borde de la miseria y no tiene dinero suficiente para pagar un abogado que se haga cargo de la acusación, por lo que será ella personalmente quien lidie con los tribunales a base de empeñar, si es necesario, su tarjeta de pensionista, medio con el que sobrevive el clan familiar.

Por su parte, a lola Puring, la abuela del asesino, le puede el empeño en sacar a su nieto Mateo de la cárcel: es parte de su familia y se le rompe el corazón cada vez que va a visitarle, aunque de poco le sirva tener un delincuente en casa, sin trabajo, sin futuro y sin ganas de labrárselo, y la acusación sea haber matado sin razón, por la miseria de un triste teléfono móvil. Sin dinero para pagar la fianza y completamente sola, le visita en  la cárcel, le lleva comida cada día y trata de conseguir un letrado de oficio con el que apoyarse para la defensa.

Brillante Mendoza se toma su tiempo para retratar con tremendo realismo la vida filipina en capas que rozan la miseria. Como en casi todas las películas de Mendoza, el retrato es fiel a una sociedad donde la vida y la muerte dependen del estatus de cada cual. Las dos protagonistas, las ancianas Anita Linda (84 años) y Rustica Carpio (79) son actrices profesionales. El resto del elenco se compone de figurantes ocasionales o no se había puesto jamás delante de una cámara. Las cárceles, tribunales de justicia y el poblado, son reales. Los personajes deambulan de un lugar a otro sin futuro, cada uno con su propia historia, por las calles inundadas del poblado y entre la burocracia institucional ajena a la vida diaria de sus gentes. Mendoza exhibe esas vidas sin metáforas, sin eufemismos, sin propaganda mediática, en condiciones realmente adversas, con un presupuesto impensable para cualquier película occidental y a través de estructuras narrativas nada convencionales. Es asombroso el retrato de la integridad de esos personajes a pesar del deterioro y la descomposición social que se vive día a día. Si eres rico, morir será caro; si no tienes donde caerte muerto, tu vida tiene el valor de los objetos que puedas empeñar para conservarla. Llueve, llueve torrencialmente, mientras lola Sepa recibe en su casa el ataúd, busca dinero para el entierro y finalmente… mejor véanla. La vida en determinadas circunstancias puede ser simple por carecer de grandes metas, pero muy complicada si sobrevives al presente a costa de sacrificar el futuro de los tuyos, sobre todo si tienes más de 80 años, el peso de la supervivencia de tu familia recae sobre ti  día a día y los hombres jóvenes que hay alrededor no son sino meros fantasmas vivientes que deambulan en busca de algún chusco que llevarse a la boca o moza a la que rondar, a la espera de que sus mayores, auténticos bastiones de supervivencia y nexos de unión de la familia, logren salir adelante. Mientras tanto, las mujeres se preparan para ejercer de lolas futuras.

12 comentarios en “Lola (Brillante Mendoza, 2009)

  1. Acabo de verla y me he conmovido,
    por otra parte te doy la enhorabuena por tu reseña.
    Altamente recomendable y las dos abuelas se merecen todos los Óscar del mundo, lejos del glamour prefabricado que tanto caracteriza a muchas estrellas con denominación de origen. Sus dos rostros arrugados que el cineasta retrata sin concesión – pero sí con una ternura a flor de piel – cuentan un sinfín de dolores, batallas perdidas o ganadas a media.

    Si os gusta este tipo de cine y os interesa Filipinas en concreto, os aconsejo Kubrador (no sé dónde podréis encontrarla, tuve la suerte de verla en el festival Cines del Sur de Granada el año pasado).
    Tiene una factura documental también y habla del tema de las apuestas en el lejano archipiélago donde siguen contando a menudo en castellano.
    http://www.labutaca.net/films/46/kubrador.htm

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  2. Isabelle, bienvenida y gracias por esa recomendación: no conozco la película Kubrador, y tampoco al director, Jeffrey Jeturian, así que tomo buena nota porque así a primera vista tiene una pinta excelente.

    Gemma, Troyana, espero que os guste, yo creo que sí.

    Saludos!

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  3. Al igual que Licantropunk, compa Babel, tengo magnificas referencias críticas de Mendoza (no sería temerario, pues, hacer un ingeniosillo juego de palabras con su nombre…), pero no he visto ninguna peli suya. Como bien puedes imaginar, en una ciudad pequeña como la mía, no lo tengo fácil para solventar eso, así qu esperaremos poder dsisponer de ellas en otro soporte.

    Un abrazo y buen dia.

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  4. Licantropunk, Manuel, de Mendoza yo solo he visto esta y «Serbis». La segunda me gustó más, aunque es más dura. «Lola» tiene un perfil más intimista. Sobre la oportunidad de verla en salas comerciales, creo (a lo mejor me equivoco) que es la primera vez que estrenan algo del filipino. Y en pocas ciudades.

    Saludos 😉

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  5. Me gusta como escribe los resúmenes de películas esta persona, que no veo, por cierto , su nombre para dirigirme a él/ella.

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  6. Estoy viéndola ahora, en Filmin. Tiene muy buena pinta. Esa mujer es la dignidad hecha carne.

    Tengo Serbis en el HD, pendiente. Caerá pronto

    Un saludo

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  7. Hola Babel, mañana ire a ver Lola, lo hago por las opiniones de esta pág. Quería decirte que en romance-aragonés, lengua minorizada y medio muerta pero que aun existe, lolo/a es abuelo/a.
    Quizás esto pueda ser una explicación linguistica del Lola filipino.
    Un saludo
    Elena.

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  8. Ah! Pues muchas gracias por la nota, Elena. Tenía mucha curiosidad, pero lo único que había logrado encontrar es que en Filipinas al tio y tia se les llama tiyo y tiya, muy similar al castellano, ¿no?. Nada sobre la etimología de lola, excepto que proviene del latin dolor -dato que tampoco es exacto-.

    Espero que disfrutes la película y bienvenida, estás en tu casa…

    Raul, lo mismo te digo, un saludo 😉

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