Kafka va al cine: Kafka en el Cine (1)

Los espectadores se quedan petrificados cuando pasa el tren.

El Cine y Kafka recorren caminos paralelos en el tiempo. Kafka nace en 1883 y fallece en 1924: la emergente forma de contar historias a través del lenguaje de la imagen acompaña y crece con los primeros pasos de Kafka como escritor. La editorial Minúscula publicó en 2008 una traducción de la obra de Hanns Zischler titulada Kafka va al cineKafka geht im Kino-, traducción de Jorge Seca-, un libro que indaga en los diarios del escritor checo sus notas e impresiones como primer espectador del naciente arte cinematográfico.

Hanns Zischler, además de actor conocido por sus papeles en films como El rey de la carretera, de Wim Wenders; Dr. M, de Claude Chabrol; Europa Europa, de Agnieszka Holland; Munich, de Steven Spielberg y Sunshine, de István Szabó, entre otros, estudió filología alemana, etnología, musicología y filosofía. Ha trabajado también como director teatral, escrito variados ensayos y críticas de cine y ejercido como traductor de varias obras al alemán. En 1978, durante el rodaje de Les rendez-vous d´Anna, halla en los diarios del escritor algunas declaraciones sobre el incipiente arte cinematográfico. Fascinado, decide recopilar toda la información posible: visita archivos durante años, hemerotecas y restauradores de películas e indaga en cines antiguos de diversas ciudades europeas. Durante el transcurso de su labor de investigación descubre los originales de la olvidada Zischler Shiwath Sión, película que habla sobre la vida de la población judía en Palestina, de la que Kafka hace una de las anotaciones más extensas en su diario, en el año 1921. Zischler pasó cerca de 15 años entre archivos y bibliotecas tratando de localizar algunos de los ya desaparecidos films que Kafka menciona en sus diarios. En unos casos lo logra, en otros, desafortunadamente no. Con todo, consigue elaborar un documento imprescindible para los cinéfilos y entusiastas del escritor checo. Un ensayo de marcado carácter descriptivo, anecdótico, que recopila impresiones de Kafka sobre el celuloide suficientemente variadas y heterogéneas a lo largo del tiempo. Además de en el libro, el trabajo también quedó recogido en un documental para televisión dirigido y producido por el propio Zischler en 2002 bajo el título Kafka va au cinéma.


Son curiosas las anécdotas en Paris ante los Cines Pathé cuando, con su inseparable amigo Max Brod, se dispone a ver una película de no más de cinco minutos titulada Nick Winter y el robo de La Mona Lisa, que trataba sobre la sustracción del lienzo en el Museo del Louvre:

Justo la noche que nos habíamos propuesto descansar, después de tantas fatigas nocturnas […] dimos en el bulevar con un portal lleno de bombillitas incandescentes y un pregonero no muy apasionado que digamos. Pero la inscripción que llevaba en la gorra nos atrajo con una magia superior a la que habrían podido suscitar todas sus palabras: Omnia Pathé…

y después de algunas consideraciones sobre su decisión de acudir a aquella sala, concluye

Una chica con uniforme militar de opereta, que lleva en la gorra la inscripción ‘Omnia’, que ahora apenas se lee bien, nos acompaña a nuestros asientos y nos vende un programa (inexacto, como es costumbre en París). Y ya estamos hechizados ante aquella pantalla temblorosa deslumbradoramente blanca. Nos golpeamos con el codo el uno al otro. ‘Oye, aquí los cines son mejores que los de casa.

El recorrido también sigue el rastro de Kafka en Praga, Munich, Milán o Berlín, describiendo los efectos que generaban en el escritor las películas que vio en aquellas ciudades y distintas curiosidades sobre cómo se proyectaban en cada lugar, un punto de vista interesante y único sobre la evolución del arte cinematográfico en las dos primeras décadas.

No se trata de averiguar en qué modo afecta al checo la prosa de la narrativa cinematográfica, porque el texto tiene un objeto puramente descriptivo y recopilatorio del trabajo de documentación del autor. Pero no deja de resultar curiosa la primera reacción de los escritores ante el nuevo medio, con independencia de la polémica no siempre demasiado bien resuelta entre cine y literatura. De hecho, la opinión de Kafka parece ir variando a medida que el arte de la pantalla crece y se generaliza en la sociedad de entonces. Y así, podemos observar cómo el primer entusiasmo se transforma paulatinamente en decepción cuando unos años más tarde recoge en sus escritos esta reflexión

Es cierto que es un juguete extraordinario, pero yo no lo resisto, tal vez porque tengo una predisposición demasiado óptica. Soy un hombre visual. En cambio, el cine impide la mirada. La fugacidad de los movimientos y el rápido cambio de imágenes nos fuerzan constantemente a echar un simple vistazo. No es la mirada la que se apodera de las imágenes, sino que son éstas las que se apoderan de la mirada. Inundan la conciencia. El cine supone ponerle un uniforme a un ojo que hasta entonces había ido desnudo.

8 comentarios en “Kafka va al cine: Kafka en el Cine (1)

  1. Qué interesante. A Kafka le faltaba una cámara en movimiento y menos montaje, Murnau por ejemplo, seguro que le gustaba más (lástima, no parece que llegara a tiempo de ver «El Último»)
    Saludos!

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  2. Me sonaba este libro, de hace algún tiempo, pero no conocía a nadie que lo hubiera leído. Como suele suceder con las cosas nuevas, siempre surgen detractores o «espíritus puristas» que no las aceptan, jeje.
    La magia de la evasión que procura el arte cinematográfico, hoy en día es casi una herramienta básica para sobrevivir o ser optimista, pero está claro que entonces Kafka prefería valerse de otros medios. Muy curioso, sí.

    Por cierto ¿las imágenes son del libro? son unos montajes extrañísimos…

    Saludos!

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  3. Ethan, pues sí, pero la frase es muy tardía, porque a Kafka llegó a apasionarle el juguete, como le llama en esa ocasión . De todas formas, la polémica entre partidarios y detractores de llevar la literatura al cine maneja argumentos similares hoy, no?

    María, las imágenes son del documental, del que no hay edición en español. Hay alguna más aquí

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  4. Es curioso que Kafka tuviera interés temprano por el cine (quizá por influencia de su pasión por el teatro) y sin embargo no sintiera absolutamente nada por la música…. Pero lo cierto es que algunas de sus obras (en especial algunos relatos) tienen mucho de cinematográfico. Así que espero con ganas leer la continuación de esta crítica.

    un abrazo

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  5. Amiga Babel,
    Te felicito por la entrada. Sin duda un tema de lo más jugoso y que daría para amplios y distentidos debates. No conocí el libro en cuestión así que me lo apunto, como ese documental que ahora investigaré en tu enlace.
    Un saludo.

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  6. Licantropunk, pues más o menos podría ser un blog editado en papel. Además viene ilustrado.

    Gw, espero te resulte interesante la continuación. No había reparado en lo que dices de Kafka y la música… curioso, cuanto menos.

    Crowley, gracias. Intentaremos dar un repaso al cine que adapta a Kafka. Porque si fuese por influencias, el tema no acabaría nunca, creo…

    Saludos

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  7. El libro de Hanns Zischler se titula «Kafka geht ins Kino». Se trata de una de las aproximaciones más sensatas y cabales a la obra de Franz Kafka.

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