Barry Lyndon, de Stanley Kubrick

No sé si será porque tenía ganas de verla en pantalla grande o porque es mi película favorita de Kubrick, pero ha merecido la pena el paseo hasta la filmoteca para volver sobre un film que ya he visto como tres o cuatro veces, a pesar de que dura algo más de 180 minutos. Kubrick rodó esta, su décima película, entre La naranja mecánica y El resplandor. El director tenía la intención de hacer un film sobre la vida de Napoleón, personaje al que admiraba, pero el proyecto fracasó al topar de lleno con la crisis de la Metro Goldwyng Mayer, productora hasta la fecha de casi todas las películas de Kubrick. Así que decide aprovechar el trabajo de ambientación que tenía avanzado para, una vez asociado a la Warner, buscar una novela que se adaptara al conjunto, y fue de este modo como dio con Memorias y aventuras de Barry Lyndon, publicada por William Makepeace Thackeray en 1844. El libro, que se podría encajar entre la novela picaresca y la histórica, narra la trayectoria de un personaje de ficción, un joven irlandés de origen humilde que durante la primera parte asciende rápidamente en la escala social con métodos no demasiado ortodoxos, del mismo modo que la vida de opulencia le devuelve tiempo después a sus  orígenes, acabando sus días en la miseria, tan arruinado como comenzaba su existencia.

Toda la ambientación, aspecto cuidado hasta el último detalle, está inspirada en obras pictóricas del siglo XVIII. Las tomas parecen calcadas de pinturas de Reynolds, Gainsborough, Hogarth, Stubbs, Watteau y Constable, entre otros, que el director reproduce casi exactamente en la composición de las escenas, a lo que añade el particular uso de la luz para lograr una copia casi exacta. Hay incluso un momento, en la escena de la ceremonia nupcial, en el que el fondo, incluidos algunos asistentes, son un lienzo. El detalle pasa bastante desapercibido por los efectos de cámara, y cabe suponer que la ultimaría de este modo debido a presiones presupuestarias. Para lograr un mayor realismo, Kubrick no se conforma con reproducir los lienzos, y toda la película está rodada con luz natural, utilizando velas para la iluminación nocturna y de interiores, lo que le confiere gran realismo. Barry Lyndon es la primera película de la historia rodada al completo sin luz artificial. Kubrick hizo construir una cámara especial que después sería utilizada por la NASA. La fotografía es de John Alcott, y el aspecto de lienzo que tienen las imágenes se logra a base de usar el zoom,  con el que consigue un resultado realmente espectacular.

Kubrick quería rodar la película en Irlanda,  ya que gran parte de la acción se desarrolla allí. El trabajo comenzó en septiembre de 1974, en los Estudios Ardmore, muy cerca de Dublin, pero aquellos eran años violentos en el Ulster -meses antes los británicos asesinaban a 13 supuestos terroristas en Londonderry, en solo tres años se había llagado a la cifra de 500 muertos de ambos lados-, y las amenazas del IRA, que no estaba por la labor de ver sus verdes praderas repletas de soldados ingleses con casacas rojas disparando contra sublevados irlandeses, hace desistir a Kubrick de continuar el rodaje, que decide regresar en Navidad con todo el equipo a Inglaterra para continuar la película en las cercanías del Castillo de Howard, donde están rodados muchos de los interiores, y en otras localizaciones como Hohenzollern o Ludwigsburg, Alemania. El vestuario del filme y los decorados fueron  creados y diseñados por Ulla-Britt Soderlund y Milena Canonero  –Carros de Fuego, María Antonieta– tomando como referencia los cuadros y lienzos, y recrean a la perfección la sociedad burguesa de la época napoleónica y del reinado del rey Jorge,  una exhaustiva labor de estudio histórico y de análisis de las pinturas del periodo hasta obtener una textura en el vestido lo más veraz posible.

El broche al trabajo de ambientación lo pone la banda sonora, a base de composiciones de autores clásicos como SchubertTrio para piano-, HaendelZarabanda-, BachConcierto para dos claveles y orquesta– o VivaldiConcierto para violonchelo-, adaptadas e interpretadas por el compositor Leonard RosenmanAl este del edén, Rebelde sin causa, Un hombre llamado Caballo– al frente de la National Philarmonic Orchesta. También hay piezas de música tradicional irlandesa, como el tema Women in Ireland, a cargo del conjunto irlandés The Chieftains, todas ellas seleccionadas por Sean O´Riada. Se pueden escuchar también algunas marchas militares, en la parte de la película que transcurre durante la Guerra de los Siete Años: Los granaderos británicos sigue a Barry durante sus borracheras y orgías en el ejército, la Marcha de Hohenfriedberger, o Idomeo, rey de Creta, esta última obra de Mozart.

A Barry Lyndon le da vida Ryan O´Neal, pero la elección del actor principal nunca contó con la aprobación de Kubrick, que quería a Malcom McDowell en el papel. O´Neal acababa de rodar Love Story y era el galán de moda de Hollywod, un verdadero imán para la taquilla, así que Kubrick no tuvo más remedio que aceptar, aunque a regañadientes, las imposiciones de la Warner. Años después, en alguna ocasión, el director había referido las limitaciones de O´Neal como actor, y como anécdota contaba que en ocasiones se puede apreciar en la película su dificultad para atinar a apoyar el pie derecho en el estribo cuando tenía que subir al caballo.

El resto del elenco está compuesto, en su mayoría, por actores con los que Kubrick trabajaba habitualmente. Muchos de ellos son los mismos que aparecen en La naranja mecánica, y a otros se les puede ver en películas posteriores de Kubrick, sin ir más lejos, en la siguiente, El Resplandor. Godfrey Quigley, que interpretaba al capellán de la prisión en La naranja mecánica es quien encarna al Capitán Grogan; Philipe Stone, padre de Alex DeLarge, es el criado Graham y en El Resplandor sería Delbert Grady, el vigilante anterior a Jack Nicholson del hotel Overlook. El jugador amanerado, Lord Ludd, a quien Barry vence en la escena del duelo, es Steven Berkoff, el mismo que interpretó al sargento de policía de la comisaría donde es detenido Alex, de La Naranja Mecánica, y Antony Sharp, aquel Ministro del Interior, ahora hace de Lord Harlan.

Kubrick era tremendamente minucioso, cada escena era rodada al menos 25 veces, según declaraba posteriormente O´Neal, y casi siempre trabajaba saltándose el guión pre-establecido, por lo que el rodaje avanzaba muy despacio y el presupuesto se disparaba con el paso de los meses. Su perfeccionismo era tal que incluso gustaba de encargarse personalmente de la supervisión del doblaje en otras lenguas. En España, sin ir más lejos, impuso los actores que prestaron su voz para la película, y no se conformó con los dobladores habituales: la voz del narrador es la de José Luís López Vázquez y la de Barry recayó en Juan Carlos Naya, actor bastante popular en la España de entonces. La película reventó todos los presupuestos previos, porque los algo menos de tres millones de dólares iniciales pasaron a convertirse en casi once una vez concluido el trabajo. Kubrick jamás consiguió recuperar la inversión, ya que el resultado fue un fracaso estrepitoso en taquilla, a pesar de estar nominada a siete Oscar, de los que logró ganar cuatro: dirección artística, fotografía, vestuario y banda sonora adaptada.

The Fall: El sueño de Alexandria, On-Line

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Dirigida por Tarsem Singh y filmada en 23 países durante un período de casi cuatro años, la película es una fantasía visual deslumbrante, así como un recorrido sobre el arte de la narración de cuentos, a la vez que un homenaje al cine clásico y al mundo de los extras cinematográficos, visto a través de los ojos de una niña, que gira alrededor de cinco exóticos bandoleros a la caza de un tesoro.

Destaca la enorme calidad de las imágenes, la cuidadísima producción y montaje (David Fisher y Spike Jonze tienen la culpa), el buen hacer del elenco (con actores poco conocidos, entre los que sobresale la actuación de la niña, Catinca Untaru), y una soberbia ambientación, vestuario y puesta en escena a cargo de un artista que tiene mucho que hacer en este mundo porque es un prodigio: Eiko Ishioka.

Una película fantástica, emotiva y tierna que es un placer visionar porque es un festín para los sentidos, que podéis  disfrutar completa en versión original subtitulada en castellano, en la pestaña On-line de este blog.

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Siniestras Amadas, de Jack Mircala

2009 es el año conmemorativo del bicentenario del nacimiento de Edgar Allan Poe. Con motivo del acontecimiento, es más que previsible que a lo largo de los próximos meses podamos asistir a una amplia batería de exposiciones, coloquios u otros actos evocadores de su obra, al tiempo que las editoriales aprovecharán para poner a nuestro alcance una variada colección de re-ediciones, estudios o ensayos sobre el autor. Dentro de todo el dispendio de medios proyectado, me ha parecido muy interesante la obra gráfica de Jack Mircala, “Siniestras Amadas, 22 delirios necro-románticos de Edgar Allan Poe», un libro ilustrado que reúne poemas y textos invitando a descubrir un Poe más allá de sus conocidos relatos de terror o misterio (conocimiento que se debe, en alguna medida, a la contribución del mundo del cine), y que plasma con gran belleza su universo más poético, en ocasiones melancólico o triste, otras veces eufórico y emocionado.

Jack Mircala nos brinda su particular visión de los retratos de Annabel Lee, Frances Sargent Osgood, Letitia Elizabeth Landon o Sarah Helen Whitman, junto con el de las mujeres arquetípicas más sorprendentes del universo narrativo de Poe, como Morella, Ligeia o Berenice. Esta versión-recopilación, ilustrada con un estilo expresionista bastante cercano a la estética de Tim Burton, está realizada utilizando una particular técnica de dioramas tridimensionales a base de cartulinas cuidadosamente coloreadas con lápices de colores y otros materiales convencionales, a partir de las cuales se compone un pequeño mundo de maquetas a modo de teatrillo que posteriormente  Mircala fotografía para obtener sus efectos tan característicos. El resultado es un trabajo que da una visión muy personal de esas musas femeninas, ciertamente original y apartado del paradigma estético de terror que habitualmente acompaña la obra de Poe; un trabajo hermoso, lírico y sensible, de un romanticismo idealizado siempre elegante y de asombrosa factura plástica.

A Mircala le ha llevado 6 años preparar esta obra ilustrada en la que los textos originales en inglés han sido traducidos por el propio autor, que no sólo se dedica a la ilustración sino que se prodiga como autor de cuentos y poemas dirigidos casi siempre al público joven, entre ellos “El acertijo de Valpul” (Premio Lazarillo de Ilustración 2000, editado por Ediciones Sins Entido), o “Ciudad Monstrualia” y “Gamusoides Mircalianos” (editados ambos por Hiperión). También ha colaborado con diversas editoriales españolas y realizado numerosas exposiciones, entre las que destacan sus trabajos en 2001 y 2006 para la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián, el Festival de Cine de Terror de Cáceres en  2007 y la que actualmente le ocupa, ya que desde el 22 de enero, organizada por la editorial Sins Entido, se exponen en Madrid los retratos de las musas de Poe creados por Mircala, con las maquetas originales de cartulina utilizadas para las ilustraciones, todo ello junto a una serie limitada de las reproducciones digitales que han dado origen a este estupendo libro.

Modotti, una mujer del siglo XX (Angel de la Calle)

Tina Modotti fue, sin duda, una mujer muy adelantada a su tiempo. De origen italiano, emigra a EEUU con sólo 17 años y comienza sus trabajos en un arte todavía incipiente en 1913: la fotografía. Allí conoce a Edward Weston, con quien se traslada a México en 1922, ciudad que dará la oportunidad a Tina de codearse con la vanguardia del arte del momento y hacer amistades como Diego Rivera, Siqueiros, Blanca Brum o Frida Kalho, En 1927 ingresa en el Partido Comunista para apoyar la lucha de Sandino, y un año más tarde conoce a Julio Antonio Mella, dirigente cubano que será para ella más que una amistad, con el que colabora en la fundación del Partido Comunista cubano. En 1930, acusada de conspiración para asesinar a Pascual Ortiz Rubio, el entonces presidente Mexicano, es expulsada del país.

Alemania, la Unión Soviética y España serán sus siguientes destinos. Cuando estalla la Guerra Civil española, se alista como voluntaria en el Quinto Regimiento a través de las Brigadas Internacionales hasta el fin de la guerra, año en el que regresa a México debido a su persecución en Europa para continuar su actividad política antifascista hasta 1942, cuando fallece de un infarto.

Basado en la biografía escrita por Elena Poniatowska, el salmantino Angel de la Calle publicó en formato de novela gráfica dos entregas sobre la vida de la fotógrafa, que fueron reeditados el pasado año por Ediciones Sins Entido en un sólo volumen de tapa dura bastante cuidado. En ese tiempo, en México, se encontraban algunos de los personajes pioneros de las letras, imágenes y pasiones del mundo por venir. En el libro descubrimos una mujer insólita, con una vida intensa, bohemia, romántica, plagada de intrigas políticas, aventura y romanticismo en esa época en la que se moría y se vivía creyendo construir un mundo mejor. Modotti es una mujer apasionada que se come la vida y a su tiempo, es la fotógrafa, la estrella del cine mudo, la modelo de pintores y fotógrafos, la amante de Weston, del muralista Xavier Guerrero, de Mella o del comandante español republicano Carlos, la agente del servicio secreto soviético, la heroína antifascista en España, la amiga de Rivera, de Machado, de Neruda… y es la artista, la fotógrafa vanguardista por excelencia, profesión y pasión que forman parte de su vida con su cámara a cuestas.


El cómic de Angel de la Calle, a caballo entre el diario personal y el documental, consiguió el Premio de la Crítica en 2005 y fue nominado como mejor obra en el Salón del Cómic de Barcelona ese mismo año. No es para menos, porque además del fantástico retrato de una mujer sobre la que merece la pena entretenerse un poco y de la que muchos desconocen su paso por esta humanidad, es un recorrido sin desperdicio sobre la época y los lugares donde la vanguardia del arte se forjaba para el futuro.

A la muerte de Modotti, Pablo Neruda le dedicó este poema:

Tina Modotti, hermana no duermas, no, no duermas:
tal vez tu corazón oye crecer la rosa
de ayer, la ultima rosa de ayer, la nueva rosa.
Descansa dulcemente, hermana.
La nueva rosa es tuya, la tierra es tuya:
te has puesto un nuevo traje de semilla profunda
y tu suave silencio se llena de raíces.
No dormirás en vano, hermana.
Puro es tu dulce nombre, pura es tu frágil vida:
De abeja, sombra, fuego, nieve, silencio, espuma:
De acero, línea, polen, se construyó tu férrea
tu delgada estructura.
El chacal a la alhaja de tu cuerpo dormido
aún asoma la pluma y el alma ensangrentadas
como si tú pudieras, hermana, levantarte,
sonriendo sobre el lodo.
A mi patria te llevo para que no te toquen,
a mi patria de nieve para que a ti pureza
no llegue al asesino, ni el chacal, ni el vendido:
Allí estarás tranquila.
¿Oyes un paso, un paso lleno de pasos, algo
grande desde la estepa, desde el don desde el frío?
¿Oyes un paso de soldado firme en la nieve?
Hermana, son tus pasos.
Ya pasarán un día por tu pequeña tumba,
antes de que las rosas de ayer se desbaraten;
Ya pasarán a ver los de un día, mañana,
donde está ardiendo tu silencio.
Un mundo marcha al sitio donde tú ibas, hermana
avanza cada día los cantos de tu boca
en la boca del pueblo glorioso que tú amabas.
Tu corazón era valiente.
En las viejas cocinas de tu patria, en las rutas
polvorientas, algo se dice y pasa,
algo vuelve a la llama de tu dorado pueblo,
algo despierta y canta.
Son los tuyos, hermana: los que hoy te dicen tu nombre,
los que de todas partes del agua, de la tierra,
con tu nombre otros nombres callamos y decimos,
porque el Fuego no muere.

* Fotografías: «Las manos del tirititero» (1929)/ «Campesinos» (1926)