Había puesto en el visionado de esta película bastantes expectativas, fundamentalmente porque me gusta el cine europeo con contenidos, que no se limite a una historia de buenos y malos para pasar el rato, buscando un punto de vista diferente o novedoso a lo que ya existe y, también, porque me interesa el tema, aunque el libro no he tenido todavía oportunidad de leerlo. Desnudar los entresijos de la camorra napolitana le ha costado a Roberto Saviano, escritor del libro en el que se basa la película, serios problemas con la mafia, y en la actualidad se encuentra escondido en algún lugar desconocido como consecuencia de las amenazas sobre él y su familia. Lo que es cierto es que 1,5 millones de ejemplares vendidos en 30 idiomas dan para pagar mucha seguridad y probablemente vivir más que bien, hecho que no obvia el admirar su valentía, pues no todos estarían dispuestos a asumir tan terribles consecuencias.
Hay que decir que la película no es una adaptación del contenido completo del libro, pues tan sólo recoge 5 de sus 11 capítulos; los suficientes, sin embargo, para hacerse una idea de la magnitud de poder que en la actualidad poseen estos delincuentes y de cómo su modus vivendi forma ya parte de la idiosincracia de toda una región en el país. Resaltar el buen trabajo de documentación previo al film, del que después de su visionado no cabe la menor duda. La película mueve su argumento entre cinco elementos en los que la camorra es influyente: la guerra entre mafias en el barrio napolitano de Secondigliano, considerado uno de los lugares más peligrosos de Europa; la industria textil de Tersigno, lugar en el que se produce en negro gran parte de la moda italiana que se vende en tiendas de lujo; el barrio dormitorio de Scampia, en el que no hay tiendas, ni bares, ni transporte público, pero sí uno de los mayores mercados de la droga al aire libre donde la policía ni se atreve a entrar; el negocio de los residuos tóxicos en la región de la Campania, competitivo basurero de la industria italiana que ha relanzado la economía de esta región a costa del pánico de la población y la vista gorda de las autoridades; y, finalmente, la historia personal de tres adolescentes, que rondarán los 15 años, aunque podría ser la de muchos otros tempranamente reclutados por la mafia para hacer de palos, historia que el director maneja como telón de fondo de las otras cuatro y a la que trata de dar un carácter más argumental, mostrándonos unos jóvenes tan peligrosos como inexpertos que van a planear el desafío al poder de los capos, lógicamente, con fatales consecuencias para ellos.

