Pocos son los cineastas capaces de expresar tantas cosas sólo con su cámara, con las mínimas palabras. En «Tres Monos» casi no hay diálogo, sólo un puñado de frases, sobrias, las necesarias para conformar el guión. Todo lo demás lo hace Nuri Bilge Ceylan con su objetivo y una dirección de actores excepcional, con sus largos y estudiados planos fijos, asombrosos encuadres, expresivos silencios y esos gestos y miradas siempre sugerentes. Escenas en las que se dice lo justo y evitan lo superfluo pero que logran adentrarse poderosamente en la mente de cada uno de los personajes para explorar la complejidad del alma humana.
«Tres monos» es la historia de una familia turca de tres miembros, en la que el padre, chofer y hombre de confianza de un reconocido político, acepta una suma importante de dinero a cambio de declararse culpable por la muerte de un hombre atropellado por su jefe en un accidente automovilístico. Su familia seguirá cobrando el salario mientras cumple su condena, pero la nueva situación sacará a la luz viejas contradicciones y mentiras que harán resquebrajar las relaciones entre ellos, viendo como sus planes comienzan a derrumbarse. Pero ante la perspectiva del fracaso económico y personal, prefieren ignorar la verdad actuando como los conocidos tres simios que se cubren los oídos, los ojos y la boca: no ver, no oír y no decir nada para protegerse cada cual del propio sufrimiento.
Una película dura, intensa y profundamente emotiva, en la que no hay cabida para episodios descriptivos y sólo se centra en los personajes, dibujando perfectamente la tormentosa relación y su evolución. Sus puntos fuertes son la buena interpretación de los actores, la profundidad y energía de la fotografía y, sobre todo, una dirección ejemplar.
El director otomano se ocupa, además, del guión de la película, del montaje, la realización y la fotografía, esta última, profesión de la que procede. El tema de las relaciones familiares como espejo de la vida social ya había sido tratado con anterioridad por Ceylan en la película «Los climas»; película que fue presentada en el festival de Cannes en 2006, aunque en este caso se basaba en las relaciones entre una pareja.
Es autor, además, de «Kasaba» (1997) y «Nubes de mayo» (1999), ambas seleccionadas en el festival de Berlín, y de «Uzak», galardonada en Cannes en 2003 con el Gran Premio del Jurado y el premio a la mejor interpretación masculina. «Tres monos» obtuvo el premio al Mejor Director en el pasado Festival de Cannes y es la película seleccionada por Turquía como candidata al Oscar como mejor película extranjera, aunque no ha logrado colarse entre la lista de nominadas para este premio.
Con Tres monos, Nuri Bilge Ceylan muestra una gran madurez como director y una armonía casi perfecta en la utilización de los medios técnicos, sobre todo en lo que a imágenes se refiere, y también en la realización, a pesar de que su equipo habitual es casi artesanal y se limita a un estudio creado en el ámbito familiar en el que su mujer, la escritora Ebru Ceylan, participa en la confección de los guiones (aunque, al igual que el propio director, a veces ha participado en el elenco) o él mismo digitaliza la fotografía.
A pesar de que en la cinta sólo actúan cuatro personajes, la ambientación de muchas escenas deja entrever sutilmente situaciones cotidianas de su país, como las contradicciones entre un estado laico y el mundo islamista, la persecución del pueblo kurdo o la presencia casi constante de los militares en la vida cotidiana en una especie de estado de excepción ya habiual, que se corresponde a modo de metáfora con el comportamiento de los personajes, el pulso lento pero intenso de la película, la fotografía sombría, el escaso estetismo visual y el desenlace tormentoso de la vida familiar presente en casi toda su filmografía. Recomendable, a pesar de que figura fuera de los círculos comerciales en España y, como no, sin fecha de estreno prevista.