Lord of the flies (El señor de las moscas), de Peter Brook, 1963

El muchacho rubio descendió un último trecho de roca y comenzó a abrirse paso hacia la laguna. Se había quitado el suéter escolar y lo arrastraba en una mano, pero a pesar de ello sentía la camisa gris pegada a su piel y los cabellos aplastados contra la frente. En torno suyo, la penetrante cicatriz que mostraba la selva estaba bañada en vapor.

Avanzaba el muchacho con dificultad entre las trepadoras y los troncos partidos, cuando un pájaro, visión roja y amarilla, saltó en vuelo como un relámpago, con un antipático chillido, al que contestó un grito como si fuese su eco:

—¡Eh! —decía—, ¡aguarda un segundo!

La maleza al borde del desgarrón del terreno tembló y cayeron abundantes gotas de lluvia con un suave golpeteo.

—Aguarda un segundo —dijo la voz—, estoy atrapado.

El muchacho rubio se detuvo y se estiró las medias con un ademán instintivo, que por un momento pareció transformar la selva en un bosque cercano a Londres.

Así empieza El señor de las moscas, de William Golding, escritor inglés y premio nobel de literatura en 1983. Ahora que muchos compañeros blogueros incluyen referencias a la serie «Lost» por haber llegado a su final, se me ocurrió revisar este film clásico británico inspirado en la novela homónima de Golding, apasionante y absolutamente recomendable –tanto el libro como la película- para quienes aún no la conozcan. Respecto a Lost, poco tiene que ver, excepto en sus comienzos o inspiración, cuando un grupo de personas sobreviven en una isla desierta cercana a Australia, cuyos primeros escenarios resultan ser casi idénticos a los que recreara Peter Brook en 1963, porque en el desarrollo de la serie se distancian y modernizan convenientemente. Supongo que muchos de los seguidores de la serie conocen también la película. Los que no, insisto no se la pierdan, a pesar que confieso que este post tiene la doble lectura de mi particular desquite contra el bombardeo en la blogosfera sobre esta producción norteamericana tan en boga últimamente, cuya razón es el hecho de quedarme totalmente fuera de juego respecto a la riada de post que ha sugerido un producto que la que escribe no logró aguantar más allá de la segunda temporada. Tampoco hay que confundirla con el remake norteamericano que en 1990 llevó a la pantalla Harry Hook en forma de largometraje con el mismo título, película que si bien sigue permaneciendo tan fiel a la novela como la de Brook, carece de la articulación, riqueza de matices y profundidad dramática de la que hace gala la película de 1963, a pesar de que los medios empleados, tanto económicos como técnicos, fueron considerablemente mayores por razones obvias, pero Hook solo logra crear una metáfora aleccionadora lejos del trasfondo terrorífico que tan bien supo imprimirle Peter Brook .

Peter Brook era un hombre de teatro, amante de la libertad total a la hora de la creación teatral y cinematográfica, entendidas por él como una forma de expresión artística. Este querer hacer su cine con las manos desatadas de compromisos presupuestarios y comerciales le lleva a  rechazar por aquellos días el asombroso presupuesto que la Columbia Pictures le ofrecía para la película en Hawai, optando por rodar en Puerto Rico, con jovencísimos actores y otros que siquiera habían pisado un plató, y hacerlo además en blanco y negro a fin de suprimir todo exotismo implícito a la idea de isla paradisíaca y que la adaptación fuese lo más parecida posible a la intención de la novela, aunque cabe suponer que también influirían razones de economía. Por otra parte, ni en la novela ni en la película aparece nada que tenga que ver con el referido insecto, la mosca, puesto que el título es un epíteto del mismísimo diablo, en este casó bajo la denominación de Belcebú. Se cree que Belcebú o Beelzebub derivaría etimológicamente de «Ba’al Zvuv» (con muchas ligeras variantes, era el nombre de una divinidad  filistea Baal Sebaoth en hebreo) y significa literalmente traducido «El Señor de las Moscas«.

Tanto la novela como la película son una excepcional alegórica de la condición del hombre. Londres padece la amenaza de bombardeo e invasión alemana durante la Segunda Guerra Mundial y un grupo de niños es evacuado con destino a Australia. Pero el avión que les transporta sufre un accidente en medio del Índico y muchos de los niños van a parar a una isla desierta. Una especie de paraíso tropical con agua caliente, arena, palmeras, árboles frutales y animales a su disposición. La idea es que la civilización no está construida sino bajo la represión del salvajismo humano en cualquiera de sus formas; formas que veremos todas representadas en la isla: autocracia basada en el miedo al monstruo (la religión), o basada en el líder al que todos se someten, o bien pactada democráticamente pero aceptando las reglas impuestas sí o no. Las criaturitas inglesas, que visten cuando arriban uniformes escolares de colegio de pago, recrearán diversas sociedades micro-tribales donde quien se llevará el gato al agua será la más salvaje y sedienta de sangre, cuyo liderazgo se basa en la eliminación de los más débiles y sensibles.

Seremos testigos de como la mayoría, atrapados entre el bien y el mal, entre Ralph (James Aubrey) y Jack (Tom Chapin), se inclinarán hacia los pasos del salvajismo en su estado más puro matando a sus compañeros (no hay necesidad alimenticia, pues está cubierta) y emborrachándose con el fuego y la noche bajo el pretexto de ofrecer al dios-demonio (que no es sino el movimiento de un paracaídas que ha quedado suspendido en la montaña, aunque ellos no pueden saberlo) porque, de alguna manera, el terror que les genera el presunto monstruo les hace al tiempo mantenerse unidos en torno al poder del más fuerte. La demostración de que la parte salvaje del hombre se levanta cuando una suma de factores externos actúan como estímulo es bastante aterradora, parte salvaje lista para despertar en cualquier momento cual volcán que entra en erupción inesperadamente. Solo hace falta un líder que determine un enemigo común en torno al que unir a las masas y en base al que justificarse -el paracaídas llamado aquí «el monstruo» al que brindan sacrificios de caza- para poner en marcha el mecanismo. Ejemplos en la historia los hay, demasiados quizás. Ahora debería tocarnos ir aprendiendo de nosotros mismos. Pero la tarea no parece demasiado fácil…

Para terminar, este video de unos cinco minutos con algunas de las imágenes de esta fantástica película. No hay nada en el tube con subtítulos, así que he elegido este que está acompañado del tema con el mismo título de los míticos Iron Maiden, que le va como anillo al dedo y, de paso, aporta un plus de cultura musical que la que escribe disfrutará en directo el próximo 21 de agosto en Valencia.

11 comentarios en “Lord of the flies (El señor de las moscas), de Peter Brook, 1963

  1. Indudablemente esta es una gran película aunque recuerdo que me produjo algunos sentimientos encontrados; ninguno de los personajes me produjo demasiada simpatía.

    Saludos 😉

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  2. ¿LOST no te gusta? el mejor serial de la década ¡juas!
    Ya que estamos podrías marcarte una de nero y me pasas las moscas un dia de estos XD
    Los Maiden, si eso estará petao yayetes! jajaja Vv´sssssss

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  3. Un gran post, Babel, de una de mis películas preferidas. Gran metáfora sobre la crueldad innata de nuestra condición humana y de lo salvaje qque puede ser la infancia. Ahora han sacado una edición especial en dvd con un curioso extra, un corto muy extraño.
    Un saludo
    P.D..¿Vienen los Maiden a Valencia?, pues no lo sabía, pero ese día la ciudad temblará.

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  4. No soy muy amigo de las series. LOST fué una excepción en ese sentido y la ví con mucho interés los primeros 3 o 4 capítulos. Luego se convirtió en un viaje demasiado largo, y que no quise hacer. Dejé de verla a los 5-6 capítulos.
    He pasado al lado de esta película que comentas en muchas ocasiones, sin decidirme a verla.
    Hoy, luego de leer tu post, quedé absolutamente interesado en verla.
    Saludos,

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  5. Fantomas, yo creo que esa distancia es la pretendida, porque ninguno tiene más de 12 o 13 años. Todo es muy primario, dificil para empatizar.

    Jorge, de Lost me cansé, simplemente. Para yayetes los Stones, que venían con geriatra y te cruzaste media península para verlos, ja!!

    Gracias Crowley. Tengo entendido que la edición en DVD está tal cual, sin restaurar. A ver si la encuentro en algún videoclub, me has picado con lo del corto.

    Nelson, a Lost no se parece en nada excepto en la idea, que evoca la serie y más de un reality que se basa en dejar a la gente aislada y que sobreviva sin reglas, al margen de la civilización. Pocos años antes de la película y después de editarse el libro ya se hizo el primer experimento al respecto. Este link lo explica bastante bien.

    Gracias a todos 😉

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  6. Me figuro que este post, además de ser riquísimo en el análisis de una novela monumental y de una excelente película, también es una patada en el hígado para los fans de «Lost». En todo caso, post más que necesario. 😉

    Propongo el ejercicio -placentero ejercicio, por cierto- de visionar el film de Brook inmediatamente después de habernos dejado sumergir por los intrincados revoltijos existenciales de la pluma de Golding. Y, ya que estamos, recomiendo también del autor inglés, su novela «La construcción de la torre» (The Spire).

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  7. Avellanal, Lost es un serie que ha enganchado a mucha gente, no seré yo quien la menoscabe. En sus comienzos, me recordó el libro y la película (ha dado también para algún reality la cosa). A mí llegó un momento que me cansó, simplemente. Y ahora que todo el mundo habla del final de Lost, me vino a la memoria otra vez. The Spire, pues no la he leído, tomo buena nota. Y sí, mejor leer primero la novela. Ambas, novela y película, totalmente recomendables.

    Saludos!

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  8. Por favor: informen de como se consiguen las peliculas’. Opcion para descarga o tienda es indiferente. El libro si es accesible pero la pelicula fue imposible. Puede mandar la informacion por correo si prefiere. Gracias de antemano y siga la labor.

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  9. Es una obra muy potente. Concuerdo que no tiene mucho que ver con Lost.

    Gracias a tu recuerdo, posteado esta vez en el blog, la he vuelto a ver en sus 2 versiones, y la profundidad de los arquetipos me llevaron esta vez por caminos bastante psicoanalíticos… Digamos que abandoné un poco lo convencional, el carácter ético-social que heredó desde el libro, etc. Me resultó muy interesante desde ese otro punto de vista.

    Gracias por compartir tu impresión y análsis. Muy bueno, por lo demás.

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  10. La cabeza del jabalí-tótem aparece rodeada de moscas; quizá ésta imagen justifique el título, por lo menos en el film. Excelente guiéo y fotografía. Brokk siempre austero y profundo. Una pregunta: ¿Cómo es que los chicos mencionan la televisión en esta historia que se desarrolla en la II Guerra Mundial?

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