Vals con Bashir, de Ari Folman (2008)

Resulta bastante complicado comentar esta película; un documental animado realizado por el director israelí Ari Folman basado en las masacres de Sabra y Shatila ocurridas en 1982, en las que murieron miles de civiles (todos libaneses) y cuyas responsabilidades a día de hoy todavía no han sido depuradas. La dificultad reside en que la cinta, como animación arriesgadísima en su apartado técnico, me ha parecido lo mejor que he visto en muchos años y, sin embargo, tras verla, queda un cierto sabor amargo sobre los posicionamientos y alguna que otra justificación repartida a lo largo del metraje. He leído más de una crítica que aclama el valor de la película centrándose en su contenido humano o testimonial. En mi opinión, es precisamente este contenido el que no se puede sino observar desde un punto de vista muy, pero que muy crítico, dados (además) los últimos acontecimientos y el cariz que están tomando los asuntos en la región.

Aún a riesgo de extenderme demasiado, conviene repasar un poco de historia previa para abordar los sucesos que trata la película. Al margen del conflicto general entre Líbano e Israel, cabe recordar que Bashir Gemayel era el líder de la fracción de los autodenominados falangistas cristianos libaneses (F.L.F., leales y dispuestos para con el gobierno de Israel) que disfrutaban del poder en el gobierno tripartito; gobierno que trataba de mantenerse, desde hacía muchos años, en el frágil equilibrio entre cristianos, la OLP y los radicales islámicos (actualmente en mayoría). El asesinato de Bashir en 1982 provocó la réplica de los falangistas quienes, tras acusar del atentado a la OLP (que siempre negó tales hechos), perpetraron su venganza en lo que fue una de las mayores masacres contra civiles de la conocida Guerra del Líbano. La carnicería comenzó la noche del 16 de septiembre del 82 con la suelta de una manada de perros salvajes en un campo de refugiados de Sabra, y se prolongó durante los dos días siguientes con el ataque constante por parte las fuerzas gubernamentales. Hoy se sabe que horas antes hubo una reunión en los cuarteles de las F.L.F. en Karantina y que, entre otros, participaron Ariel Sharon, Amir Druri y Eli Hubaiqa (jefe del aparato de seguridad de las F.L.F.) donde se acordó facilitar la entrada de grupos armados de la seguridad en el campamento de Shatila. Poco después, se vio como se agrupaban estas fuerzas en el aeropuerto de Beirut preparándose para la hora del ataque y, en cuanto la noche cubrió el campamento y sus alrededores, el ejercito sionista israelí comenzó a iluminar con bengalas el escenario de operaciones, donde los falangistas libaneses iban atacando a la población mientras dormía. Los carros de combate israelíes cerraron todas las salidas de socorro de los campamentos, impidiendo la huida  de sus habitantes y , bajo amenaza de abrir fuego, les obligaban a retroceder. Observadores y fotógrafos extranjeros, trabajadores de la Media Luna Roja e instituciones internacionales, coincidieron con el periodista sionista Amnon Kapilock en sus declaraciones: «La matanza comenzó rápidamente y continuó sin interrupción durante cuarenta horas. Miles de personas, inocentes y desarmadas, fueron asesinadas. Durante las primeras horas, las milicias falangistas masacraron a centenares de personas, disparaban contra todo lo que se movía en los callejones bajo la consigna de «eliminar terroristas», matando casa por casa a familias enteras mientras estaban simplemente cenando”.  Debido al eco internacional que tuvo la matanza, el estado hebreo, cuyo ejercito invasor ocupaba ya Beirut, tuvo que constituir una comisión para investigar los hechos, bajo la presidencia de Isaac Kahana, presidente del Tribunal Supremo. La investigación se limitó a culpar a las F.L.F. haciéndolas responsables de la masacre, eludiendo la participación sionista en los hechos, así como la de de las fuerzas armadas leales a Israel procedentes del sur del Libáno de Saád Haddad, limitando la responsabilidad de Israel tan solo a la negligencia y su mala estimación de la situación en aquellos momentos. Por supuesto, la supuesta responsabilidad de Ariel Sharon y Amir Druri (jefe del área norte de operaciones del ejército israelí), se acotó sólo a su participación en reuniones, donde se discutía la entrada de elementos de la falange a los dos campamentos, dentro del marco de una operación de participación falangista para dominar Beirut oeste.

Pues bien, el director Ari Folman realiza sobre estos acontecimientos un documental animado a partir de su experiencia personal como soldado israelí destinado en los alrededores de estos campamentos. 20 años después de los hechos, el soldado sufre una especie de amnesia provocada por el horror de lo vivido. Además, es preso de una pesadilla recurrente en la que una jauría de perros le persigue o corre amenazante al ataque de gentes que desconoce, en otras ocasiones aparecen soldados israelís tiroteados por francotiradores o se ve a sí mismo como un zombie vagando en el aeropuerto de Beirut ahora desierto de gente. Ya no puede más y decide buscar a antiguos compañeros que estuvieron con él en la batalla para que testimonien y den sentido a su pesadilla, pretendiendo con esto esclarecer cuáles fueron esas vivencias que no recuerda y arrancar de su mente la tormenta.
La animación es muy arriesgada, con figuras estilizadas a la vez que realistas, casi siempre monocromáticas rotas por tonos tenues, amarillos y rojizos, acordes a la noche iluminada por bengalas y a los sentimientos de horror e impotencia. A pesar de ser bastante explícita en los detalles de los episodios de violencia (mostrados siempre ajenos al ejército israelí, hay que decirlo), las escenas se centran principalmente en el recuerdo del trauma individual del soldado. Las entrevistas fueron grabadas en vídeo y los animadores se basaron en ellas para confeccionar los dibujos. Destilan cierta megalomanía en planos como la del tanque israelí aplastando vehículos en su avance, u otra en la que el soldado recuerda escapar de un ataque gracias a una mujer gigante que surge desnuda de la playa y le permite flotar postrado sobre su cuerpo. O cómo sobrevive a una emboscada acurrucado en cuclillas tras una roca durante horas, al amparo de la oscuridad y es felizmente encontrado por el regimiento que él mismo abandonó.
Es una película dirigida sin duda al público israelí, que no pretende justificar las masacres de Sabra y Shatila (es más, las denuncia claramente) aunque sí dejar constancia de la escasa o nula vinculación de Israel en ellas, a pesar de que tácitamente lo permitiera, del mismo modo que lo hace el sueño de Folman, que se presenta como una sucesión de realidades que él cree que ha reprimido concluyendo al final en que en verdad nunca las ha experimentado. Folman, en su recorrido en formato de entrevistas, fusiona convenientemente el Líbano de 1982 con la realidad actual, pero también con los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial de su anterior generación, vinculando los sueños referidos a la masacre de los palestinos con la experiencia narrada por los padres del propio Folman en Auschwitz, cuando su amigo le dice aquello de «la masacre ha estado contigo desde que tenías seis años; en realidad tú no participaste en ella, pero te persigue y te hace sentir culpable». La frasecilla tiene su qué… Alguna explicación, auto-justificativa si cabe, habrían de darle, y la película, además de técnicamente buena, sí muestra el drama real de uno de los hechos más vergonzosos de la historia reciente, a pesar de situar a sus soldados como meros espectadores cuya responsabilidad fue únicamente «dejar que ocurriera» sin hacer absolutamente nada para impedirlo… Existiera alianza o fuera un sólo «dejar hacer», no viene mal recordar que sí ocurrió, por aquello de la memoria histórica; aunque la historia, como la memoria, sufran demasiadas veces del enroque al servicio de la interesada propaganda.

Algunos Números sobre Sabra y Shatila:

Fuerzas: Israel – Falange:  Falange Libanesa con apoyo logístico del Ejército Israelí /Refugiados Palestinos: Inexistentes

Muertos: Israel – Falange: 2/Refugiados Palestinos: Entre 700 (cifra israelí) y 6000 (incluyendo desaparecidos)

Combatientes: Israel – Falange: 150 dentro de los campos/Refugiados Palestinos: Población civil desarmada

Comandantes a cargo: Israel – Falange: Ariel Sharon y Elia Hobeika/Refugiados Palestinos: Sin dirección militar

13 comentarios en “Vals con Bashir, de Ari Folman (2008)

  1. Extraordinaria reseña. Esta cinta la tengo ya hace un tiempo en mi poder y a lo único que espero es a tener el hueco idóneo para su visionado, eso sí, espero que antes de la ceremonia de los premios Oscars.

    Repito, fantástica reseña. Enhorabuena y un abrazo!

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  2. COn lo bien contextualizado que está el filme lo que deduzco es que el filme tiene una sutil y precaria argumentación: bajo una forma aparente de dura crítica al gobierno israelí hay una especie de demostración de que ellos no tuvieron nada que ver en ese negro episodio. Mi pregutna es: ¿que crees que pesa más, la denuncia de una masacre injustificada o el deseo de demostrar que Israel es consciente de sus excesos pero aun así argumentar que no es´algo premeditado?

    Se me acumulan los títulos para ver: esta, la de Slumdog, la historia de mis fracasos sexuales…. No sé por dónde empezar….

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  3. Sesión, yo creo que la intención de Folman es hacer un film sobre el sentimiento de culpa de los soldados que estuvieron allí viendo los hechos sin hacer absolutamente nada. Y, además, justificarlo. No quiero adelantar demasiadas cosas sobre la película, pero hay una escena en la que el soldado llama por teléfono a su superior para informarle de que se están comentiendo graves excesos en los campos. Se establece una cadena de llamadas hacia arriba, con este informe, hasta Ariel Sharon (sale en el film dibujado), quien se limita a escuchar y continuar con lo que estaba haciendo, como si nada… Supongo que con esto pretende criticar la actuación impasible del gobierno en aquel momento. Pero a mi juicio es insuficiente, porque ahora, 20 años después, al estado de Israel le viene más que bien testimoniar que ellos no tuvieron nada que ver en estos asesinatos, y que sólo se les puede acusar de no intervenir… precisamente es lo que ahora están haciendo ahora, intervenir en nombre de eliminar terroristas y evitar, según ellos, más masacres en ese país.

    En fin, que el tema no es la intención de Foman sino lo que queda. Y lo que queda es que no hay demasiada diferencia entre el papel que jugó Israel y la de un mero observador internacional. Y eso no es verdad.

    Guillermo, muchas gracias hombre!. Saludos!

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  4. La he visto ya una vez y me parece una maravilla.
    Esta misma noche voy a un pase nuevo y la veré otra vez.

    No entiendo cuando dices esto: «no pretende justificar las masacres de Sabra y Shatila (es más, las denuncia claramente) aunque sí dejar constancia de la escasa o nula vinculación de Israel en ellas».

    Yo creo que critica abiertamente la matanza allí acontecida.

    En cualquier caso, yo me quedo con las sensaciones que me transmitió como cinéfilo, con independencia de las circunstancias de la guerra en que tuvo lugar.

    Saludos!!

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  5. Alberto, yo también veo que critica abiertamente esas matanzas, eso es evidente. La postura oficial del gobierno de Israel siempre fue que ellos no tuvieron nada que ver, que fueron meros espectadores y que fue cosa de los falangistas libaneses. Ahora no les viene políticamente mal para conciliar y desradicalizar posturas internas, y tampoco les hace tanto daño asumir el criticable papel de espectadores pasivos. Otro tema sería si eso fue realmente así o fueron los que dieron luz verde a la matanza, aunque directamente no apretaran el gatillo…

    Coincido contigo en que como película técnicamente es muy buena, aunque soy mas escéptica respecto a su contenido. Saludos!

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  6. Me da una pereza mortal enfrentarme a esaa cinta. Quizás sea precisamente culpa de las lluvias de premios de estos meses que nos impiden pensar con claridad. Por eso me parece que será na acertada decisión para la semana que viene, cuando, no dudes, releeré tu reflexión para captar todos los matices.

    un saludo,

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  7. La verdad es que se trata de un tema muy controvertido y, como señalas, de gran actualidad por los hechos recientes, por lo que es normal que haya discrepancias en cuanto al contenido. Para eso lo mejor es verla. Creo que me apuntaré este fin de semana.

    Por lo demás, ENHORABUENA por lo estupendo del comentario, lo documentado, didáctico, aclaratorio, etc, etc.

    Un gustazo, de veras.

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  8. Muchas ganas de verlo. Documental de animación, he oído decir. ¿Cuál ganará hoy? ¿Esta o «La clase»? No he visto ni una ni otra, pero las dos me atraen.

    Saludos.

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  9. Hola

    Creo que pensamos igual; yo, de manera esquemática, lo resumo así: detrás de tanta belleza, subyace la búsqueda de la expiación y el dejar muy clara la «inocencia» del ejército israelí, en torno a la masacre de Sabra y Shatila. Sin embargo, la complicidad pasiva o silenciosa, tampoco es excusable. Por eso decía yo que es una película tramposa; ninguna obra maestra alcanza para redimir ese crimen..

    Un saludo

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  10. Me parece que la película deja muy en claro que los altos mandos del ejército Israelí sabían de la matanza y que la apoyaron logísticamente. Por ejemplo hablan del edificio donde se encontraba el cuartel general y que desde ese punto se podía ver claramente los refugios. Creo que mas bien el director se centra en la conciencia del soldado común. No nos olvidemos la situación de Israel… No debe ser fácil tocar ese tema. No nos olvidemos que en Argentina había campos de detención, tortura y exterminio muy cerca de nuestras casas… ¿Y como explicas eso? Creo que el director es bastante valiente al tocar ese tema, sobre todo habiéndolo vivido tan de cerca. Quizás tendríamos que hablar del ser humano y de su conciencia. Buscar el porque se cometen estas atrocidades a todo lo largo de la historia. Creo que la película pasa por ahí. Sin ir más lejos esos cristianos del Líbano denuncian todo tipo de crímenes contra ellos antes que entraran los Israelíes. Creo que la película, es un intento de tomar conciencia y me parece positivo. Nosotros mismos tendríamos que ver hasta que punto estamos implicados en todo este sistema que resulta finalmente criminal. Los europeos viven del hambre de los países pobres asociados con los poderosos políticos y clases altas (Que en general comparten las dos categorías) de los países pobres. Cuando hay algún movimiento en contra de esto es combatido con violencia de estado. No estoy a favor de Israel, pero si de la película. No creo que tenga mala intención. Bueno quizás los premios otorgados a la misma si.

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  11. Antes de Sabra y Chatila hubo otras masacres que no se les ha dado la cobertura periodistica que si tuvieron Sabra y Chatila,La historia de libano tiene miles de masacres en contra de la población cristiana . Una de las mas cruentas fue la masacre de Damoun mucho antes que Sabra Y Chatila, alli mataron a mas de 500 personas de este pueblo cristiano maronita, arrasaron con todo el pueblo miembros de la OLP , Es importante hacer conocer al mundo que no solo hubo matanzas atribuibles a la falange libanesa, sino que otros grupos como la OLP, los sirios, etc tambien perpetraron miles de matanzas en este pequeño país .
    http://www.genocidiocomunista.com/2009/02/genocidas-palestinos-masacre-de-damur.html

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