22 muertos por día, 683 por mes, más de 8.000 por año, 100.000 muertes en la última década.
En Argentina, los accidentes de tránsito son la principal causa de muerte en menores de 35 años.
Esto sostiene un millonario negocio en indemnizaciones.
Con esta leyenda comienza Carancho, película dura, incisiva, sin concesiones, dirigida, producida y montada por el propio Pablo Trapero, quien también ha participado en la elaboración del guión. Carancho es en Argentina un ave carroñera que se alimenta de animales muertos y pequeños reptiles. Los personajes hacen honor a la rapaz, pues cual buitres acechan la ocasión para hacerse con un buen botín, formando parte de un engranaje en el que están implicados abogados, compañías de seguros, cínicas privadas, bancos, e incluso la propia policía o el sistema judicial. Todos los ingredientes del cine negro apoyado en dos intérpretes notables, Ricardo Darin y Martina Gusman, que viven su historia de amor, lágrimas y sangre con el telón de fondo del negocio de la mafia, que en esta ocasión toma como escenario accidentes de tráfico reales o ficticios. Interesante trama que podría haber dado bastante más de sí, porque a pesar de que el oficio de Pablo Trapero queda suficientemente demostrado, el conjunto respira demasiados lugares comunes en casi todos sus registros. Desde la temática, que inevitablemente trae a la mente una de las obras más importantes del gran Billy Wilder, Perdición, magistral crónica negra que también exploraba la corrupción de ciertos profesionales y los fraudes de las aseguradoras, a lo que se añaden primeros planos con ciertas dosis tarantinianas o la puesta en escena de un mundo implacable con personajes siempre al filo de la navaja que me evocaban en numerosos momentos la orientación de Scorsese en Al límite, cuyo personaje principal, interpretado por Nicolas Cage, resultaba ser también, qué casualidad, un paramédico montado en una ambulancia. Es precisamente este exceso de lugares comunes los que hacen observar con cierta distancia un fenómeno sociológico que, en principio, se presenta como propio de Argentina, pero también el que Trapero contraponga de manera constante la sordidez del relato con la ternura de una historia de amor entre un turbio abogado con propósitos redentores y la pluriempleada médico en prácticas que ha de recurrir a las drogas para soportar el envite de los abarrotados pasillos de un hospital público.
Lo cierto es que no se le puede negar una demostración rotunda de malabarismo manejando los ingredientes más elementales del cine negro (violencia extrema, ambición, engaños y traiciones, intriga, muerte…), además de saber aprovechar suficientemente los recursos propios del lenguaje cinematográfico para el desarrollo de una trama de estas características (diálogos escasos, abundancia de sonido ambiental acorde a lo narrado, sirenas, choques, tiros, insultos, gritos desgarradores de dolor o los de una máquina de contar billetes), planos cercanos y largos en los momentos más intensos y un uso casi magistral de la elipsis para cuanto debe ser innecesariamente explicado. Todo ello sumado al rápido desarrollo de los acontecimientos, sin treguas para el espectador, al que sumerge, cámara al hombro en muchos momentos, en la intensidad opresiva y abrumadora que se pretende.
Pero toda esta notable utilización de recursos tropieza con un guión que promete pero en realidad avanza poco, porque todas las cartas de la trama se muestran desde el principio y se limita a reiterarlas, si acaso ampliarlas, a lo largo de 107 minutos. También podría haber dado más de sí la propia historia de amor entre los dos personajes principales que, escasamente labrada, resulta a partes iguales artificial y demasiado dependiente del envoltorio, perdiéndose entre trepidantes guardias hospitalarias y la visceralidad de las escenas, dando como resultado una película irregular, que destaca en el manejo de los elementos y en el trabajo actoral, pero con evidentes carencias de guión, a la vez que abusiva en demasiados momentos de los tópicos tantas veces vistos en el género. En la balanza gana esa sensación de dejavú que recorre la película, buena muestra de ello es la increíble escena final, de estética cuidadísima y rodada a modo de plano secuencia, pero que desemboca en un suceso que no desvelaré aquí, tan innecesario para la trama como evocador de otro final made in Hollywood que protagonizaba, hace ya unos cuantos años, un madurito Jack Nicholson y…. (no daré más pistas) en uno de sus trabajos dramáticos más destacados.
La pagina de tu Blog se ha actualizado…
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Pues totalmente de acuerdo. La vi con bastantes ganas y me defraudó mucho sobretodo porque suele gustarme el cine de Trapero; pero esta me sonó a «hagamos otro Secreto de sus ojos a ver si nos nominan» y efectivamente consiguió ser seleccionada a un Oscar que posiblemente también guste a la Academia. Por otra parte yo solo destaco algunos planos y manejos como bien decís y a Darín, claro, pero Martina Guzman es una tipa que no me convence sobretodo en este papel.
En fin, me alegra saber que no estoy tan en contramano ya que me canso de oir alabanzas de un film mezcla de reality policial y Er, emergencias! jaja
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Estando bastante de acuerdo, Martina Gusman me gustó mucho, creo que borda el papel con sus silencios y sus miradas. Añadir que el Oscar no se lo llevó Darin, sino la película dirigida por Campanella, El secreto de tus ojos, que él interpretaba.
Gracias por el comentario, saludos.
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[…] This post was mentioned on Twitter by No sé de Cine, Puerta de Babel. Puerta de Babel said: Carancho, cine negro dirigido por Pablo Trapero https://babel36.wordpress.com/2010/10/03/carancho-de-pablo-trapero/ […]
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Pues habrá que verla aunque tu crónica detalla algunos puntos negros. Pero si no tiene concesiones ni treguas, tiene mucho a favor. Y también tiene a Darín, por supuesto.
Saludos.
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A pesar de esos peros que apuntas (y que acabarán defraudándome) tengo planeada verla este fin de semana. Es un guión que me resulta interesante y sólo por ver la interpretación de Darín, imagino que el dinero estará bien empleado. Tengo ganas de ver algo de cine negro.
Un saludo
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Me hacia ilusión verla…. pero me fio bastante de tu opinión así que quizás la ponga en la lista pero no de las prioridades!!
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Pues me alegro de haber visto la misma peli que tú. Hiperrealista y prometerdora, aunque se queda en el camino. Fallos de guión, poca química entre los protagonistas, sensación de entrar en un bucle repetitivo y déjà vu. A pesar de ello, no todo es malo, se deja ver. A años luz del ‘Crash’ de David Cronemberg. Un beso, BABEL.
*Ya he visto ‘Buried’. La estoy digiriendo. Buena, pero le han dado más bombo del que se merece… según mi modesta opinión. Nada de obra maestra.
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Licantropunk, Darin, como siempre, está a la altura que le exige el papel. Concesiones, pocas hay, ya me dirás…
Crowley, a casi todo el mundo le ha gustado más que a mi, es mi opinión, solo. Espero te merezca la pena.
Bargaloneta, gracias por esa confianza. Da un poco de miedo, por si acaso, je, je…
Jordi, veo que hemos sacado conclusiones parecidas. Buried quiero verla esta misma semana, a ver si puede ser. Me gusta que coincidamos en las elecciones, y que eso abra el debate.
Saludos a todos.
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A mí me ha gustado, pero coincido básicamente con tu comentario. Es decir, siendo una buena película, podría haber sido una excelente película, y sin embargo se quedó a mitad de camino. En lo personal, la actuación de Martina Gusman me pareció destacadísima, incluso se luce más que el propio Darín (al igual que en «Leonera»).
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Acabo de ver Carancho y me pareció excelente. Muy bien realizada, muy bien narrada, muy bien actuada. Es decir una película creíble, que entretiene, que te atrapa. Una película que esta realizada en Argentina, con un muy buen nivel técnico y que no tiene nada que envidiarle al cine del primer mundo, y que tal vez por eso no se excede en explosiones, persecuciones o hazañas irrealizables. Cuenta una historia muy dura, de una realidad muy dura y listo.
Creo que tu comentario «Puerta de Babel» es muy injusto y hasta agresivo. Es mas, parece tener hasta un dejo de envidia. Esos comentarios sí que están llenos de clichés. Frases como «escasamente labrada» o «demasiado dependiente del envoltorio», sí dan la sensación de «dejá vú»
Este blog por ejemplo, está lleno de lugares comunes y nadie opina: «Tu Nube de Tags me trae a la memoria la Nube de Tags del Blog de Tarantino» o «La Sección Cortometrajes me evoca en numerosos momentos la orientación de Scorsese»
Son herramientas y nada mas que herramientas, para comunicar y construir un relato.
Como dicen por ahi: «Los que saben, hacen. Los que no hacen, opinan»
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Hey ya estamos de regreso! Gracias por los comentarios 🙂
Todavía no llega esta peli por acá, pero ya con gusto la espero. No me convence mucho su cine, pero la última me fascino. Saludos!
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Clau (cambiaste el nombre?), en «Leonera» tengo mis dudas, pero en «Carancho», estamos de acuerdo, Martina Gusman se mide, al menos, de igual a igual con Darin. Quedé gratamente sorprendida de su interpretación, la verdad.
Ruben, acepto tu opinión crítica, pero… «envidia»?
Christian, pues ya espero que la veas y leer tu crítica. Dentro de todo, con sus defectos, está bastante bien la película. Un saludo 😉
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Pues una decepción, la verdad. Supongo que iba a verla con otras expectativas, pero después de una primera parte prometedora, el tema se ha ido a pique. Es la primera que veo de este director, así que esperaré a ver otras ¿»El bonaerense», «Mundo grúa»?) porque me ha defraudado el guión pero no la estética. Ya veremos.
Saludos.
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Ruben estas en lo cierto, a disfrutar de lo mejor que tenemos, nuestro nuevo cine argentino tan necesitado por muchos años y que ahora es una realidad que esta en pleno desarrollo.
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