Plano secuencia (III): Jean-Luc Godard, Vivre sa vie (1962)

En el conjunto de la filmografía del brillante y enigmático Jean Luc Godard, Vivre sa vie sigue siendo una de sus películas más bellas e interesantes. La historia, muy semejante a otras de su carrera, es cruda, teatral, pero lo que importa no es ya lo que nos cuenta sino la forma en que la imagen refleja las ideas subyacentes que Godard quiere transmitir al espectador. Rodada con su esposa Anna Karina como protagonista, la película traza el progreso de la vida de una mujer joven, Nana, que abandona a su marido y a su hijo y se marcha a Paris en busca del sueño de ser actriz. Como si de una obra de teatro se tratase, Godard la estructura  en doce capítulos, cada uno con el título de una novela clásica. El plano secuencia que hay a continuación corresponde al final de la película (por lo que aviso: a partir de aquí necesariamente este post contiene spoilers), cuando tras caer en el desempleo y la prostitución, Nana es asesinada por su proxeneta en un trágico episodio de guerra entre bandas.

Poco sabemos de Nana y de qué la impulsa a abandonarlo todo en busca de un sueño. Con su piel de porcelana, su peinado brillante e inamovible, su vestimenta elegante, siempre fumando, escondiendo sus sentimientos, Nana es una mujer en París y París es el decorado que nos habla  acerca de la libertad y del tipo de libertad disponible en un mundo donde los trabajadores son mera mercancía. Impasible, la vida se le presenta a modo de obra teatral donde ella busca ser actriz y quizás lo logra de algún modo. Emocionalmente separada siempre de cuanto la rodea, fuma un cigarrillo en el hombro de su cliente mientras le abraza. Al fin y al cabo ser una mercancía le permite mantenerse insensible ante el mundo circundante, a costa de perder su capacidad de interactuar con otros y, por tanto, de su felicidad. El único momento de luz para Nana es la conversación en el bar con un desconocido, un filósofo que le cuenta la historia de Porthos,  un imperdible diálogo acerca de las palabras y el silencio, su significado, lo difícil y doloroso que muchas veces resulta hablar y de como apalabrar los sentimientos y la comunicación se convierten en libertad y supervivencia. Es en este momento es cuando la película y la actitud de la joven comienzan a dar un giro, aunque el sentido de su profesión le lleve al trágico desenlace.

Es una película triste pero a la vez hermosa,  y contiene planos inolvidables. La cámara sigue a Nana constantemente, la enfoca desde todos los ángulos, parece que más que grabar especula, algo así como una segunda presencia enigmática que mira por ella para nosotros en todo momento. Godard dijo que había filmado como una secuencia para cada acto y en el montaje se limitó al ensamblaje de los planos. Todas las escenas se desarrollan en tiempo presente y da la sensación de que cuanto vemos lo hacemos como lo hace Nana, por primera vez. El resultado es un tanto astringente, abrupto, desafecto, pero a la vez claro, lúcido y, a pesar del paso de los años,  suficientemente vigente en cuanto a significados.

9 comentarios en “Plano secuencia (III): Jean-Luc Godard, Vivre sa vie (1962)

  1. Veo que la serie continúa aferrada a los clásicos. Y como dices, en Godard no es tan importante lo que cuenta sino cómo lo cuenta. Godard es casi forma pura…

    Por cierto, tengo 2 sugerencias más: una clásica y otra no tanto: cualquier plano secuencia de cualquier película de Miklos Jancsó (todavía vivo). Recuerdo un travelling lateral de una especie de feria, pero no recuerdo el título de la película. Y la segunda: el plano secuencia que abre «Snake eyes» de Brian de Palma.

    Que siga la serie……………………..

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  2. Pues aquí estoy, fiel a tus planos secuencia. Y este es otro de los buenos, y sorprendentes.
    ¿Cómo se puede desdramatizar un asesinato? Pues véase la escena final de «Vivir su vida».
    Escribí hace tiempo sobre esta peli también. Me encanta. Es triste, pero tiene momentos divertidos como el de Karina midiéndose ella misma con su mano.
    Saludos cordiales, buena serie

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  3. Jancsó o Tarr, ambos son directores que utilizan el plano secuencia en casi todas sus películas. Pero no se a cuál te refieres de Jancsó. Yo tenía en mente alguna escena de Salmo rojo, si la encuentro, o de Vicios privados, virtudes públicas, pero… ahí tengo mis dudas, por el contenido y eso. Tampoco se si habrá algo colgado en el tube. El otro, Snake eyes, era el que tocaba, pero se coló este, je, je. (Es que está en todas las páginas que hablan de planos secuencia… 😉 ). El próximo, Tarantino, si no cambio de opinión…

    Ethan, así me gusta, que no falles a la cita. Y muy agradecida por tu participación y comentarios. La película es un clásico imprescindible que me encanta y ese es el motivo de que esté, aunque veo el final un tanto abrupto, seco. La mejor escena para mi gusto es la conversación en el bar y la del baile, pero los planos no están rodados de forma contínua.

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  5. Parece una película maravillosa. En cuanta a este plano, jo, qué pena que se le cae el monedero ése cuando se lo tiran…

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  6. me gusta esta escena, me recuerda a «Elephant» de Alan Clarke, por la indiferencia ante el cadáver, por lo sórdido de la escena, sobre todo al tratarse de una mujer y, como bien dices, definida por esas características. Godard es para mlí muy inestable se balancea entre lo anodino y lo sublime.. besos

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