Transsiberian (Brad Anderson, 2008)

Resulta complicado hablar de la nueva propuesta de Brad Anderson sin desvelar su argumento, porque en él y en el trabajo de los actores residen los puntos fuertes de Transsiberian; una película que nuevamente se mueve en el género del suspense, aunque propuesta como thriller, tocando también la intriga policial, el drama y algunos atisbos del género de terror. Sin duda alguna, la historia es lo mejor de la película. Un argumento en principio nada complejo pero que a lo largo de los minutos el director sabe manejar con buen pulso para sorprendernos en numerosas ocasiones, a pesar de que el broche sea un final un tanto predecible.

Transsiberian trata de la historia de Jessie (Emily Mortimer -Scream 3, Match Point- en una estupenda acuación) y Roy (Woody Harrelson), una joven pareja norteamericana que, después de pasar un tiempo en Pekín como colaboradores de una organización humanitaria, deciden viajar en el mítico Transiberiano, ferrocarril que une Moscú y la capital China por la extensa estepa rusa y Mongolia. En el tren viajan gentes de diversas nacionalidades de lo más variopintas, amén de la agria y algo tétrica tripulación. Los protagonistas entablan amistad con Carlos (un correcto Eduardo Noriega) y Abby (la americana Kate Mara, de Shooter), otra pareja con la que comparten vagón y con la que vivirán más de una situación de tensión al cruzarse sus caminos con el inspector ruso de policía Ian, fantástico trabajo a cargo de Ben Kingsley, que es sin duda la mejor interpretación en la película.
Como ya nos tiene acostumbrados Anderson en sus anteriores trabajos (El Maquinista, Sessión 9), su capacidad para sorprender al espectador y de enmarañar las situaciones a partir de un guión en principio bastante simple, resulta ser el punto fuerte del film que, a pesar de sus casi dos horas de duración, se desenvuelve con agilidad y sin cansar en ningún momento gracias al cóctel de misterio, asesinatos, tráfico de drogas, traiciones, terror y deseos que con sorprendente habilidad ofrece Anderson en casi todos sus films, en los que sabe transmitir muy bien al espectador esas sensaciones de angustia y misterio cuyo objeto es mantener la intriga y la tensión a lo largo de la película. El resultado es una cinta más que correcta al igual que lo fueron sus anteriores trabajos; trayectoria que va convirtiendo a Anderson en un director muy a tener en cuenta en el panorama cinéfilo actual, y a Transsiberian (sin ser una obra maestra), en una buena película, quizás de lo mejor que se estrenará este no demasiado prolífico año para el cine.
Transsiberian es una coproducción española e inglesa. A pesar de ello, se ha estrenado primero en Estados Unidos, el pasado mes de julio. En España estaba prevista para abril, pero se ha ido postergando como tantas otras y las últimas noticias apuntan a un inminente estreno en octubre, aunque no hay confirmada fecha oficial. Esperemos que así sea, porque a estas alturas ya circulan copias por la red en inglés… Como casi siempre, aquí seguimos en la cola; en este caso, a pesar de tratarse de una película propia. Hace años se oía en boca de muchos eso de «Spain is diferent», ahora ya casi olvidado, aunque todo hace pensar que será por tópico, porque cosas como esta no hacen sino traérmelo a la cabeza. Esperemos pues poder disfrutar pronto la película como merece.