La boca pobre

El autor de este libro es el irlandés Flann O´Brien (Brian O’Nolan, Strabane, Tyrone, 1911 – Dublín 1966), escritor, periodista y trabajador de la Administración Pública desde 1935 hasta 1953. Fue colaborador durante 26 años en el Irish Times con el seudónimo de Myles Na Gopaleen, donde escribía mordaces artículos sobre la política de su tiempo. Utilizó varios seudónimos ya que al ser funcionario no podía escribir con su nombre. Su estilo y el argumento de sus libros son muy originales y fueron alabados por Samuel Beckett y James Joyce, quien, ya prácticamente ciego, no se resignaba a no leer sus novelas, aunque para poder hacerlo le era necesario recurrir a la ayuda de una lupa.

Publicada por primera vez en gaélico en 1941, fue traducida al inglés en 1963 con bastante éxito comercial. La traducción al español la ha realizado el poeta y ensayista sevillano Antonio Rivero Taravillo (que ya tiene en su haber versiones se Shakespeare, Marlowe, Tennyson, Pound o Keats), y lo ha hecho diréctamente de la novela gaélica original, lo cual es de agradecer, a pesar de que ello ha supuesto no poder mantener algunos juegos de palabras y diferencias dialectales, algunas de las cuales el traductor opta por dejarlas en su lengua original, apuntando numerosas notas a pie de página que facilitan su lectura y comprensión, y que enriquecen enormemente la versión en nuestro idioma.

«La boca pobre» es una sátira que narra la historia de Bonaparte Ó Cúnasa, nacido en Corca Dorcha, al oeste de Irlanda, en una casa construída al borde de una cañada, sentenciada por el mal tiempo, la mala salud y la mala suerte, destino de los verdaderos gaélicos. Un lugar donde la suma de una deficiente alimentación, constituída a base de patatas y alcohol (esto último siempre que se puede), la cohabitación con cerdos en los hogares, los constantes temporales, el analfaetismo de su población y el desprecio del que hace gala el resto del país, son las constantes del día a día de sus habitantes. Con todos estos ingredientes, Flann O´Brien parodia los libros y testimonios que se habían publicado hasta la fecha y que lamentaban de modo ciertamente victimista las penurias que proverbialmente sufría la población gaélica del oeste de Irlanda, creando de todo ello una magnífica sátira en la que desarrolla diálogos y situaciones de un efecto cómico muy elevado. Cualquier suceso que acontece en la población, como puede ser, por ejemplo, la llegada a Corca Dorcha de una serie de eruditos de Dublín a recoger -cual buitres- testimonios en vivo de la antigua lengua gaélica, se convierte en un hecho extraodinario a la vez que grotesco. Una historia cargada de humor ácido y de ironía, que retrata magistralmente el orgullo irlandés por esas condiciones de vida difíciles, en la que las palabras patata y lluvia resultan ser de las más repetidas, y en la que la diferencia entre la vida de las personas y la de los cerdos cuya crianza les mantiene, apenas se percibe.

Su título gaélico original, «An béal bocht», que podría traducirse como «poner a los pobres en la boca», es una expresión irlandesa que alude a poner las cosas peor de lo que son en realidad, a fin de ganar lástima y simpatía, y con ello cierta ventaja. El objetivo es construir una parodia sobre la vida tan tradicional como miserable de los campesinos irlandeses, pero también de esas ligas de estudio de lo gaélico que fueron surgiendo para investigar las tradiciones y la lengua irlandesas, que no sólo no prestaban la más mínima atención a las desdichadas condiciones en las que vivían sus estudiados, sino que las consideraban parte integradora del folclore y la tradición gaélica, y por tanto no había que hacer nada para transformarlas. El resultado es una novela hilarante, mordaz y divertida, satírica hasta lo perplejo, pero que también aporta sus muecas melancólicas, siempre con un sentido animoso y positivo; tanto que, en algunos episodios, su lectura resulta hasta dolorosa. Un libro de innegable calidad literaria cuya lectura me parece muy recomendable.

3 comentarios en “La boca pobre

  1. Uno de los autores màs divertidos y originales que conozco, aunque esta obra que comentas no la he leido, pero me la apunto.
    Qué bueno que la comentes (tan bien) y des a conocer a O’Brien!! Creo que leerlo es toda una experiencia, por los terrenos tan sorprendentes por los que lleva al lector, y sobre todo, por su sentido del humor. Me viene a la mente su filósofo «de Selby», de «El tercer policía», y ya me entra la risa tonta 🙂
    Saludos y te dejo, que estos días no tengo tiempo para nada.

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