Habida cuenta de los últimos Premios de la Academia de Hollywood, en los que obtuvo el Oscar a la Mejor Película Extranjera, venciendo a las a priori favoritas Walz con Bashir y a la ganadora de la Palma de Oro, La Clase, en la actualidad casi todo el mundo ha oído hablar de esta película japonesa, Okuribito (título original), que no ha sido todavía estrenada en España aunque ya se puede conseguir en DVD con subtítulos en inglés. Después de haberla visto creo que, en conjunto, el premio es suficientemente merecido y, aunque he de confesar que no sabía demasiado bien de qué iba antes de sentarme a verla, me sentía muy atraída por la idea de una película asiática llena de muertos, cadáveres y ataúdes que no tuviese nada que ver con una cinta de terror.
Departures desmitifica la muerte y una de las profesiones relacionadas con ésta, que en occidente equivaldría a algo así como un embalsamador, y que en el contexto japonés es el «noukan» (el que envía), la persona que tiene la responsabilidad de ayudar a las familias de los fallecidos a aliviar el dolor de la pérdida preparando meticulosamente el cadáver (vestimenta, maquillaje, etc..) antes de iniciar el viaje al crematorio o cementerio. Sin duda una profesión rechazada y malinterpretada (aquí y allí también) por las connotaciones negativas estereotipadas culturalmente y también por nuestro innato miedo a la muerte, que hace que evitemos, siempre que sea posible, todo lo relacionado con ella. Ahora bien, la película es japonesa, y como todo lo japonés, el oficio de preparar cadáveres antes de encerrarlos en el ataúd, separado funcionalmente del negocio de las funerarias, viene mostrado con un elaborado ritual de preparación y limpieza en todas sus fases, todo hecho con gran precisión, habilidad y máximo respeto por los difuntos y los miembros de las familias.El protagonista absoluto es Diago Koayashi (Masahiro Motoki), presente en todas las escenas del film, un chelista que sueña con viajar por todo el mundo con su esposa Mika (muy bien interpretada por Ryoko Hirosue) en la maleta, como buena esposa japonesa. Por desgracia, su orquesta se disuelve viéndose obligado a vender el costoso chelo acuciado por las deudas contraídas en su pasión por hacer de la música su oficio. Desanimado, convence a su esposa para trasladarse a su pequeña ciudad de origen, a la casa en la que dejó a su madre, con el fin de comenzar una nueva vida. A través de los anuncios de la prensa va a parar a la Agencia NK, encargada en la preparación de los difuntos para su último viaje.
La primera media parte es simplemente fantástica, cuenta con interpretaciones excelentes y la historia, aunque se presta a ello, no sólo carece de tintes melodramáticos sino que muestra un tono permanentemente irónico sobre la muerte y la vida que dinamiza el relato, a pesar de su pulso lento, ganando efectividad tanto por lo curioso de las escenas mostradas como por el negro sentido del humor de la que está impregnada. Lo que sucede es que hacia el final el film da un giro argumental y adquiere un tono cada vez más dramático (las contradicciones con su esposa que rechaza su profesión y la búsqueda de su padre que les abandonó cuando era niño, reflejado en su jefe y mentor) y termina convirtiéndose en un film dramático cargado de poesía visual. El trabajo de dirección es efectivo y cuidado en todos los detalles, técnicamente bien planteada y con algunas escenas muy logradas, que rebosan una carga emotiva importante, a las que se añade la música del chelo, melancólica y envolvente, conjunto que a mi modo de ver quiebra con un final lento y demasiado abrupto que no hace justicia a la dinámica que tan meticulosamente había construido. Eso sí, solo por las escenas del nokanshi se hace merecedora de los elogios recibidos y a pesar de no cumplir con las expectativas por ser demasiado irregular y quizás excesivamente dilatada en su segunda parte, es una película sin duda hermosa y sensible que merece la pena recomendar.
Para los interesados en hacerse con el DVD, os dejo enlace de esta página que ofrece los subtítulos en castellano, de bastante buena calidad y con anotaciones explicativas de algunos términos japoneses, hechos por Allzine.org
http://www.opensubtitles.org/es/subtitles/3478063/okuribito-es
Saludos 😉
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Babel, si bien ya me atraía verla ahroa más que nunca. No había visto el traile, raro en mi. Gracias por el link, es que es muy importante a veces tener eso de la especificación de ciertos términos como a veces te dan en los subtítulos de las pelis de animé.
Por cierto en mi blog te hice un pequeño premio, si quieres pásate.Saludos!
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Pabela, la verdad es que sí va bien disponer de esas aclaraciones, porque hay muchos términos que de otro modo, al menos yo, no sabría de qué van. Creo que te gustará, ya me dirás si la ves…
Por cierto, muy agradecida por el premio. Intenté responderte en tu blog, pero no consigo publicar ningún comentario, no se qué sucede. De todas formas, muchas gracias. Un saludo.
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Siempre termina resultando una obligación revisar las películas involucradas en los Premios de la Academia. Por lo general, las películas asiáticas de este tipo suelen tener un belleza visual bastante atrayente y un ritmo algo pausado, que de todas formas no logra aburrir.
Buena reseña,
Saludos.
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Tenia la sensacion que ya habia comentado aqui. Bueno, evidentemente, lo hice en otro sitio, que coincidia con vos, en esto que la peli, cambia de género, que pasa de ser un peli de humor negro, a algo más poetico. Quizas eso no me llame mucho la atención, principalmente por el tema que trata, y justamente por los dos géneros especificos. O trasnmite que se puede hacer humor. O trasnmite un dolor. O ambas, pero desde el princio. Igual, hablo sin saber, je, cuando la vea me enterare, si esta diferencia que suele molestar al resto, me parece tambien algo fuera de sitio.
SALUDOS!!!!!!!!!
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Ya la has visto!! Si lo que tu no encuentres…… me fiaré, si como dices es irónica y eso, pero el cine este lento y contemplativo no me tira mucho. Espero que por lo menos contenga argumento. Besssossss!!!
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Como curiosidad «antropológica» siempre me gusta ver la película que ha ganado el oscar a la mejor extranjera. El año pasado con Los falsificadores me llevé una grata sorpresa. Pensaba ver cuando llegue la japonesa ésta, pero con tu comentario, ya hasta tengo ganas y todo.
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Todavía no la han estrenado!!! Que envidia. A ver si la pillo en algún sitio. Además, no es que crea demasiado en los premios, pero a veces la aciertam. Tiene que ser buena porque ‘Vals con Bashir’ es fantástica. A mí el cine asiático me apasiona. Un abrazo y hasta pronto. Gracias por la recomendación.
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Fantomas, probablemente les gustara más a la hora de dar el premio la parte final, más melodramática (es dificil de explicar sin dar datos sobre el argumento, cosa que no haré). Fíjate, la menos «oriental», o la que se acerca más al drama al uso que vende en Estados Unidos…
Carles, lenta es, pero está bien construida. Ya me dirás si la ves.
Deme, Jordi, no es garantía el hecho de que tenga el premio. Probablemente hay buenas películas que ni siquiera pasasen el corte a la nominación final. Compararla con Vals con Bashir o La Clase… es cuestión de gustos, porque son muy distintas. Para el mío, sí es mejor.
Saludos a todos 😉
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Tiempo atrás le dediqué una entrada a la película y concordamos en muchos puntos.
Debo sumar sobre el atractivo para Hollywood y el porqué ha puesto los ojos sobre esta película -aparte de su éxito en el propio Oriente- es que de alguna manera retrata desde un arquetipo tanto desde el cine oriental como de elementos culturales asiáticos, algo que a Hollywood-y occidente en general- le encanta mostrar y explotar. Todo ello obedece a su propia contiegencia y no necesariamente al trasfondo presentado en los films.
Sin ir más lejos recordemos todo el fenómeno de cine Wu Xia, que tanto mimó Hollywood desde el «Tigre y Dragon», La casa de las Dagas Voladoras» hasta los existos más contemporáneos. Todo porque reúnen una serie de códigos culturales altamente digeribles y que hacen que Hollywwod (y Occidente en general) los premie por tratarse ser obras de fácil proceso y decodificado. Algo similar a lo que se vivió con los films de Terror, así como aún más en el pasado con los de Artes Marciales. En cambio ahora, como la apuesta es más sobre bases transversales -mundiales y sociales- que de contrastes culturales, «Departures» va como anillo al dedo en el tratamiento poético sobre temáticas contemporáneas como la guerra, intolerancia, violencia social, etc. que a la Academia le interesa explotar. (Véase el contexto de los otros films premiados y todo hace lógica.)
Tiempo atrás en una entrada me referí a todo esto de los festivales y nominaciones, pues considero prudente volver a recordarlo acá en este blog. El asunto es que a las premiaciones no van las mejores películas realizadas en la «temporada» sino las que destacan en popularidad. De entre ellas se escogen las «mejores» o «útiles» para la premiación o contexto del festival.
Como toda regla tambien tiene excepciones y en ella se encuentran Festivales que desde siempre han sido consecuentes con su prioridad en cuanto a selección, es el caso de Cannes, aunque en él tambien se filtran «éxitos» sólo de la taquilla.
Saludos.
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Mae, en términos genéricos coincido contigo en tus conclusiones sobre los premios en los festivales, pero ¿crees en serio que Departures es un éxito sólo para taquilla? Yo pienso que en parte, que le han sabido introducir ciertos elementos de melodrama muy vendibles, pero que también tiene un tratamiento de los tiempos muy acertado, pausado y poético pero que se corresponde con el hilo narrativo, como saben hacer muy bien bastantes cineastas japoneses y algunos occidentales (solo algunos).
Un saludo 😉
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No, no es un éxito de sólo taquilla. En el diálogo hemos mezclado peras con manzanas.
«Departures» es excelente, una película muy buena, así tambien lo hice ver cuando me tocó comentarla. El problema no es de las obras o realizadores -directores- sino de la industria, y a esto me refiero en mi anterior intervención.
La industria aprovecha «fenómenos», algunas veces de gran calidad con este caso, y otras veces sólo «maquillaje», mediante estos mecanismos se alimentan. Mi crítica va en relación, en el fondo, a la falta de responsabilidad con el propio «arte». Se ocupan un «fenómeno», sólo para generar nuevos productos y de paso se utilizan buenos films en propósitos que nada tienen que ver con las artes.
Es caso de «Departures» así como podría citarse «Slumdog millionaire», corresponden a buenas películas, pero para la industria -muy de la mano con los entes que premian films -léase festivales, la academia, etc- los ven como productos y no como obras. Esta práctica resta le mérito a todo lo destacable que podamos hablar y evaluar de los films como «obra artística». En definitiva, le resta mérito a la propia obra el verla sólo como «producto» o modelo de producto a seguir.
En Hollywood desde hace mucho que se viene estrechando la relación entre Critica e Industria, es por eso que tenemos el cine que tenemos. Pronto necesitaremos «críticos» para los críticos, y no porque hagan mal su trabajo, sino porque están privilegiando una dimensión, que en rigor, no tiene que ver con el cine como medio de expresión.
Espero haberme expresado con claridad, ya que «Departures» ha sido la obra que he ocupado para tratar un tema más transversal y que tenía que ver con su reconocimiento, aunque no necesariamente cinematográficamente hablando.
Saludos!
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Mae, creo que ahora te entendí mejor. Estando de acuerdo, quiero matizar algo: La taquilla estará repleta de innumerables películas de pésima calidad, carentes de trabajo narrativo y artístico. Pero, pero…. están surgiendo, por antagonismo, una línea de cineastas que, bajo la bandera del cine-arte hacen películas infumables, lentas sin justificación y que resultan soporíferas, amén de pedantes. Una película, como yo lo veo, tiene que decir algo, tiene que llegar al público y tiene que entretener, aunque cada cual tiene sus gustos, amén de que éstos también se eduquen por la moda o lo que les interese vender a las multinacionales. No se puede recoger el testigo de crear arte para hacer un cine vacío y que sólo satisface a su autor (a quien probablemente no le importa demasiado el público). Por supuesto, Departures, que recomiendo sin dudas, no tiene nada que ver con todo esto, como tampoco tiene nada que ver Tarkovski con la soporífera «Líverpool» de Lisandro Alonso, ni la utilización de los tiempos lentos en el cine oriental cargados de contenido narrativo (Wong Kar-wai, Jia Zhangke, Kim Ki-duk o Kitano) con Hou Hsiao-Hsien y su último pastelazo «El vuelo del globo rojo», por citar un ejemplo rápido (y «Café Lumiere» me encantó).
No lo digo en contraposición a tus argumentos, es sólo por aclarar mi postura.
Un saludo y gracias por tu aportación.
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Si, completamente de acuerdo con el matiz.
Creo que que en el fondo nos referimos a los extremos de un mismo cuerpo.
Por un lado está la utilitariedad del cine -basado en productos u objetos-, y por otro la validación y autovalidación del que la crea sobre la base de ese escenario. Por ello el «ego» de los realizadores juega un papel fundamental. Decidir y optar por su «obra» como pieza de arte, y no su «persona» como fundamento de ella, es una tendencia que bien mencionas y se da en muchos directores bueno y malos.
Pero nunca hay que olvidar que el cine ante todo, incluso ante la entretención, es un arte y debe dar cuenta de ello pese a los tiempos que no acompañan a la reflexión en ningún sentido. Comunicar un mensaje no siempre tiene que ser «entretenido»-pero no lo excluye- e incluso hasta «masivo»-de lo contrario se ejercería una tiranía de las masas en relación al arte (que es un vicio muy actual), por el contrario, el arte tiene independencia de las masas, por ello puede ser creadora y crítica a la vez-, pero debe tener la claridad suficiente para hacerse entender y comunicar lo que quiere a su público. El resto son sólo vicios de las películas, tanto en la realización, como de su mercado. El monopolio en el tratamiento hacia ambos sentidos -un «producto» o una prolongación críptica del director- limita el arte en general.
Debe haber de todo, pero con un sentido. El «todo» por el hecho de tener de «todo» es inútil y no siempre constituye arte. En ese sentido, mucho menos útiles son los extremos que hemos expuesto.
Saludos y de nada, siempre es bueno hablar algo más allá de las peliculas.
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Vivo en Colombia y vi la pelìcula hace 2 semanas y me parecio simplemente una obra maestra, pienso igual que el final es un poco abrupto, pero luego miro el tiempo que dura el film y veo que son mas de dos horas en las que el director nos «embalsama» y nos lleva a travès de esa historia tan poètica y bella. No dude en recomendarsela a todos mis amigos, no he visto La Clase, pero si es asì de buena, tengo otro banquete por delante.
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La vi, es una pelicula hermosa y muy bien actuada hay escenas y dialogos que sobresalen notoriamente….totalmente recomendada. Pregunta, al decir «pelicula solo para taquilla» dices que es una pelicula de dominio y entendimiento masivo?.
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La película es bellísima, las actuaciones, la música, la trama, todo está perfecto. Aunque se nota el cambio de tono de la primera a la segunda parte en la cual se hace màs dramática, no la desmerece en lo absoluto, la película me fascinó de principio a fin, para mí no le falta ni le sobra nada. No soy una experta en películas, pero sí sé cuando una película me emociona, cuando me hace reir y llorar, y hace que sienta que el tiempo ha volado, y que sienta nostalgia cuando llega a su fin. Vean la película, no se la pierdan. ¡Es Hermosísima !
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