Frozen River (Courtney Hunt, 2008)

Frozen River es la carta de presentación de la norteamericana Courtney Hunt, responsable del guión y dirección de esta doble historia, personal y social, galardonada con el Premio del Jurado en Sundance, que logró colarse en la final de la selección a la candidatura a los Oscar en la categoría de mejor guión y mejor actriz protagonista (Melissa Leo). Noventa minutos exactos necesita Frozen River para contarnos esta inquietante historia de inmigración ilegal, indios confinados en reservas, racismo, precariedad económica, soledades, ludopatías, tabaquismo y, por encima de todo, dos mujeres empeñadas en sacar adelante, como sea (en sentido literal) a sus respectivas familias. Hunt, sin demasiadas concesiones a créditos iniciales, presenta en unos minutos casi todas las cartas y nos sumerge de lleno en materia: Ray, madre de dos hijos, sin apenas recursos para afrontar sus necesidades básicas, se ve cada vez mas ahogada en facturas por pagar y amenazas de embargo, y Lea, madre soltera, capea entre las tradiciones de la reserva donde vive y el vacio legal para con los indios.

Frozen River no es un film de realismo social modernizado, bajo fríos paisajes canadienses a lo Fargo, ni tampoco es una película éticamente edificante, a pesar de que sus mensajes rocen demasiadas veces cantos a la esperanza o a la comprensión. Melissa Leo, protagonista indiscutible, tampoco interpreta precisamente el arquetipo patrón del sueño americano, más bien se acerca a la versión femenina de Mickey Rourke en su reciente “El luchador»: mujer fracasada, al borde del abismo, con la piel manchada y tatuada, fumadora empedernida, a la que no le queda nada excepto dos críos y una roulotte en lamentable estado, sin trabajo ni perspectivas, sin amigos y muy lejos de ser la madre perfecta, conduce su viejo vehículo a través del helado rio St. Lawrence, fronterizo con Canadá con chinos o pakistaníes en el maletero a cambio del parné que le permitirá salvar sus deudas y sin plan B sobre qué hacer con su familia en caso de ser detenida o asesinada. Siempre proponiéndose dejarlo, claro, aunque nunca lo cumpla o tal vez no pueda permitirse hacerlo. Película oscura que se convierte en el conmovedor retrato de una mujer cuya vida es un continuo precipicio, pero que sin embargo logra resultar un personaje incómodamente simpático para quien la observa en la sombría atmósfera del hielo que cruje bajo sus pies, paisaje helado manchado por marcas de neumáticos, donde el aliento queda suspendido en el aire entre el humo lóbrego de un forzado tubo de escape, seguramente porque el papel es tan creíble que en no pocas ocasiones se tiene la sensación de estar delante de un documental sobre una persona al límite de lo soportable. La otra protagonista es Lila,  socia de negocios mohawk, correcto trabajo de Misty Upham, quien la supera en precariedad y no dispone de coche para ir a trabajar. La situación de ambas mujeres establece la razón por la que decidirán colaborar en el contrabando de personas ilegales a través del rio congelado que separa Canadá de Estados Unidos.

El guión entreteje el rol personal de cada una con la realidad de la inmigración ilegal y la precariedad en la que subsiste la cara oculta del país más poderoso del mundo. El amenazante crujido de la capa de hielo que cubre el rio bajo el coche no es sino una gran metáfora de la delgada línea que separa lo correcto de lo que no lo es, la lucha por la supervivencia del inevitable abismo, la reserva india del mundo de los blancos o la poco apreciable diferencia entre las esperanzas que anhelan los ávidos de una vida mejor en el primer mundo y la triste realidad que les espera en la supuesta tierra prometida. La película tiene numerosos defectos, pero también algunas escenas muy bien logradas y emotivas. Las principales actuaciones, sobre todo la de Melissa Leo, cuya nominación me parece sobradamente merecida, justifican el notable, a pesar de cojear en los papeles de los secundarios y de desaprovechar el tono in crescendo del que hace gala con un final tal vez demasiado predecible. Defectos que pueden justificarse por tratarse de una ópera prima y que no ensombrecen la seductora perspectiva de que hoy en EEUU también se realiza un cine de calidad más allá del inflado espectáculo para la inmediata taquilla.

7 comentarios en “Frozen River (Courtney Hunt, 2008)

  1. Destaca por el tema que trata, que alimenta el sobao drama maternal con niños en el reparto.
    Me agrada Melisa Leo y la temperatura que alcanza, pero no que desaprovechen otros papeles, porque ninguno consigue llegarme.
    También hay escenas muy oscuras y demasiadas penumbras, fuera de abusar del sentimentalismo como efecto exclusivo, y al hilo de evidenciar la inmigración ilegal sin mojar mucho el palo, un efecto más. En lo técnico, básico. Desde mi criterio, un cinco pelaete.

    Ea guapetona, el estrenao: V´zs y viva la siesta cutter! Salú!

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  2. En lo que respecta al cine independiente norteamericano actual tengo que reconocer que estoy muy poco informado. Pese a los defector que mencionas que tiene esta película, interaré echarle un vistazo. Gracias por pasarte por mis blogs, la verdad es que no sé que problema pueda tener Cinemauniverse con los cometarios pero trataré de solucionarlo.

    Muchos Saludos!

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  3. Jorge: «¿sobao drama maternal con niños en el reparto?» Qué poca sensibilidad… Si precisamente, como madre, no es ningún lujo. Yo creo que no abusa de sentimentalismo alguno; si acaso el final, que es lo que menos me gustó. Respecto al tema de la inmigración ilegal, no parece que sea el objetivo hacer denuncia alguna, es un mero retrato y lo hace bastante bien, a mi modo de ver. En el exceso de escenas oscuras y desprovechamiento de papeles, ahí te doy la razón. Pero sabes que agradezco tu estreno por aquí, aunque en este caso, te debo dos collejas, je je…

    Fantomas, saludos 😉

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  4. Mencionas «Fargo» y es la película que viene a la mente al ver la imagen del coche en medio de la nieve. Los premios consiguen que ciertas películas independientes o faltas de apoyo financiero, no pasen desapercibidas. ¿Cuántas veces ha salido en el telediario el careto de Tom Hanks a cuenta de «Angeles y demonios» las últimas dos semanas? Todo es mercado y lo que nos quieran vender.
    Saludos.

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  5. Licantropunk, leo en varios sitios que la película bebe de «Fargo», pero yo no le encuentro similitud, a excepción de los paisajes. Cuánta razón tienes en el peso que tiene para la popularidad de una película la propaganda mediática!

    Bela, saludos. En cuanto pueda visitaré tu blog. Gracias por tu opinión y un saludo.

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